Interlude of the Darkness 09

Otra entrega mas de este uh.. extraño fic que no se ni lo que estoy haciendo ajjajaja espero les agrade, y creo que ya no es tanto inspiracion si no un poco mas de imaginacion.
para los que leen mis locas historias se las dedico, y ya comence a trabajar con el siguiente cap, asi que no desesperen, sus comentarios son valiosos porque influyen a veces en el rumbo de la historia asi que de ante mano gracias, pronto subire otro manga interesante heehe.

Capitulo 9
El tiempo es lo único que no se puede detener, aunque el reloj pare este sigue su curso sin siquiera esperar, sin importar lo mucho que desees, no puedes pausar los momentos más bellos que recolectas en el camino, sin embargo; las pesadillas vuelven incontablemente y los fantasmas se plasma sigilosamente en la piel, como el latente recuerdo de quien eres.
Si tuviese una balanza los maravillosos momentos de mi existencia, serian desde que encontré a Tomie, pero aun así el otro lado se inclinaría en mi contra… Sin importar cuánto intente fingir que nada a pasado. Sigue continuamente como un eco resonando cruelmente.
Eris vago la mirada por todo el salón, los ventanales estaban abiertos y el aire primaveral comenzaba a entrar juguetonamente, alborotando los cabellos de Tomie que estaba pensativa y distante, justo ahí Eris detuvo su visión, en la imagen de la fotógrafa, a la cual conocía más de lo que pretendía hacerlo.
Si pudiera borrar el pasado.. al menos una parte de el.- pensó Eris jugando inconscientemente con un cigarrillo, sumergida en sus pensamientos mas privados, imágenes incontables repasaban velozmente por su fría cabeza, hasta que una se contuvo con brusquedad hasta que sus ojos se dilataron..- pero puedo borrar Ese pasado...- por alguna razón había encontrado una aparente solución, del único modo que podía hacerlo, mas bien del único método que sabia hacer las cosas.
Todo aquello que se crea a base de mentiras, al final caerá como un castillo de naipes…pero tomare ese riesgo.
-Tengo un viaje por parte de la Disquera…-agrego con cautela- para cerrar un trato con algunos patrocinadores, durante la ceremonia que entregaran una especie de premio a las BBP.-
-¿Un viaje?-
-Aja.. –musito Eris llevándose un cigarrillo a los labios, pero no le apetecía encenderlo, la simple sensación del tabaco en sus labios era de algún modo gratificante.
-Entonces…- Tomie se recargo perezosamente en la ventana, a pesar de que las cosas comenzaban a tornarse mejor pensó privadamente- ¿Cuándo te irás? –
-¿uh?- Eris miro la esbelta figura que luchaba por no mostrase tensa y cansada- Mañana en la tarde- hizo una breve pausa para acercase un poco, pero su móvil sonó recibiendo un mensaje de un número sin nombre.
-Ah – fue la vaga respuesta de la fotógrafa que contuvo un suspiro. Se había vuelto muy apegada a la agradable presencia de la escritora, sin embargo tenía que irse.
-Iré arreglar unos asuntos pendientes – agrego sutilmente- te recomiendo que lleves equipaje ligero – deposito un beso casto sobre la frente la ensimismada fotografa.
Tomie volteo rápidamente, solo alcanzo a ver el largo cabello agitarse sobre los hombros de Eris antes de perderse en el pasillo, dejando un suave crujido al cerrar la puerta.
Por otra parte Eris miro el ir y venir de las personas que se aglomeraban en la calle inmersos en sus propios mundos, volvió su atención al móvil mensajes amenazadores rebosaban la bandeja de entrada, ignorar al enemigo no hace que este desaparezca.
-No hay enemigos grandes ni pequeños…-musito Eris cerrando su móvil, cruzo la calle al ver una mujer recargada en la banca que daba hacia el lago, esta sin voltear noto que ya tenia compañía.
-¿Es tu hora de descanso…?-cuestión Eris sentándose en la banca.
-¿Que vas hacer?- indago sin interés mientras lanzaba migajas a los patos que revoloteaban por un poco de aquel pan, dirigiendo sus palabras a Eris.
-Terminar con esto…-saco un boleto de avión a la altura de los ojos de la mujer de boina negra.- me he aprovechado de tu apego hacia mí-admitió Eris con media sonrisa.
-¿Qué es esto?-indico el papel con desdén.
-Tu libertad –rectifico Eris sin apartarlo.- nuestros caminos se separan aquí-
La mujer retiro la boina dejando libre su cabellera oscura dejando que el aire fresco invadiera sus cabellos cerrando sus ojos por un instante, dejando escapar un suspiro.
-entiendo… pero cada quien es arquitecto de su destino -abrió los ojos encontrando la mirada penetrante de Eris y acepto el pasaje con un rumbo desconocido.
-Sin duda alguna-concedió Eris con una sonrisa fraternal.
-Nunca te aprovechaste de mi –admitió la mujer mirando las letras pequeñas del destino de aquel boleto- fui yo quien se aprovechó de ti… crees que podrás con esto sola-
-No estas cansada de limpiar mi desorden-bromeo Eris volviendo a sus paso- es mejor que te alejes de mi… nada bueno sacaras de esto-hizo una pausa y con empatía añadió- vive una vida digna de ti, mi querida amiga-se alejó sin mas dejando a la misteriosa mujer sola.
-Ya lo estoy haciendo… -musito la mujer incorporándose de su asiento, guardo el boleto y saco un gafete con su foto que decía; FORENCE.
***
-En serio…-dudo Wendy mirando expectante a la hermosa dama que ocupaba el enorme sillón de la oficina.- tú nunca haces algo sin ningún propósito oculto…-añadió un poco impaciente- ¡ya habías cancelado!, -comenzaba a sentir dolor de cabeza.
-Tengo otra condición –otorgo Eris incorporándose - ¿lo harás?-Wendy se tocaba la cien intentando mitigar el dolor, pero era más esa punzada de que algo no andaba bien, vio los profundos ojos azules serenos.
-Que tramas Eris…-cambio su tono a uno más intimo- al principio no entendía porque me dabas largas- suspiro mirando a la compositora –pero sé que ahí es donde…- recordó el paquete que había recibido con cierta información.
-¿Lo harás?-repitió Eris interrumpiendo lo que sabía iba a decirle-Wendy…-
-De acuerdo… -se rindió- pero aun no sé nada sobre .. – su argumento fue cortado por el ademan de Eris quitando le importancia al tema intermedio.
-Ya no es necesario –confirmo Eris poniéndose en marcha.
-Eso es lo que me preocupa –musito la manager mirándole la espalda- yo…-
-Gracias por todo –agrego con cierta sensación de despedida, Wendy se quedo a media palabra- por cierto tendrás los patrocinadores comiendo de tu mano- cambio el tono más alegre, antes de cerrar la puerta.- no te preocupes..-
-¡Eris! – corrió tras de ella pero ya se había ido.
***
El vuelo se emprendió, Tomie parecía asombrada por el cómodo asiento en el que se estiraba, el espacio era perfecto, que casi ronroneaba en ese momento, una risa modesta surgió interrumpiendo su momento.

-No te rías –le dio un codazo a Eris que reprimía una sonrisa.- ooh yaa- se cubrió el rostro intentando disimular el sonrojo- es la primera vez que viajo en avión…-
-Yo también –admitió Eris obteniendo incredulidad en los ojos de Tomie- en serio…-
-¿Como estarán los chicos?- cuestiono Tomie intentando mirar detrás de los asientos hacia el área turista del avión.
-Lamento no haber conseguido de primera clase para ellos…-comento Eris acomodando su silla-se agotaron, solo tenía estos por anticipado.-
-Es increíble que la compañía BBP, le diera la exclusiva a nosotros –Tomie aun seguía intentando nivelar el asiento y su mano termino sobre la de Eris, tan cálida y firme, por alguna razón la nostalgia siempre le invadía, cuando sus dedos se entrelazaban en momentos así.
-Cierto… eso aumentara sus ventas para tu jefe –sonrió Eris al sentir aquel acercamiento- porque no duermes un poco, despegara en unos momentos –
-Y PERDERME EL BELLO CIELO AZUL, ¡NOP!- argumento Tomie abriendo la ventanilla, pero aún se veía la pista de aterrizaje.
Al final Tomie termino dormida, cuando comenzó el elevarse el avión, Eris le puso una manta y le dejo dormir, se dirigió al servicio de baño y puedo ver el equipo de Tomie en la parte inferior del avión, Stuart parecía impaciente, era un cavo suelto que tenía que arreglar, en cuanto llegara.
Disfruta del viaje... Stuart.
Había enviado anónimamente información sobre las otras actividades del editor en jefe de Tomie, esas otras cosas que prefería mantener muy ocultas, en cuanto volviera a la ciudad tendría un buen recibimiento, no podía permitirse que fuese capturado antes. Layla Helkins lamento usarte de nuevo.
El viaje fue tranquilo, Tomie logro tomar unas fotos antes de que aterrizaran, disfrutar de la comida y golosinas que las azafatas les ofrecían, algo molesta con Eris por dejarle dormir en su primer viaje de avión.
Con una reserva en el hotel principal de la ciudad, todos buscaron sus habitaciones asombrados por la maravillosa estructura y las lujosas habitaciones con todo lo que podían imaginar, con servicio al cuarto.
La noche abrazo la ciudad, las luces iluminaban los majestuosos edificios, las calles llenas de vidas que podía apreciar desde el enorme balcón en el piso más alto.
-Es increíble…- musito Tomie recargándose levemente en el barandal, los autos se veían pequeñitos con sus farolas ir y venir por las carreteras, sin embargo no parecía tan ajena aquella imagen, tenía la sensación de conocer esta ciudad.
-¿Porque…? – murmuro llevando su mano a la cabeza, donde el ahora largo cabello cubría una vieja cicatriz casi imperceptible. Había cosas que no recordaba como aquel accidente que tuvo en la universidad, apenas recordaba la trágica muerte de su mejor amiga. Porque estoy pensando en eso un escalofrió recorrió su cuerpo.
-Tranquila…-musito Eris envolviéndole en sus brazos, permitiendo que Tomie descansara su cabeza sobre su hombro- todo está bien… el clima de aquí es muy frio de noche –esclareció Eris buscando sus ojos.
-¿Ya conocías este lugar? –Indago la fotógrafa acurrucándose mas en los brazos en los que se sentía segura.- tengo la impresión que yo si…-añadió suavemente, sintiéndose un poco deseosa por sentirla más cerca, depositando un beso en el cuello expuesto de Eris.
Sin embargo; Eris se sorprendió, pero no lo demostró, sus ojos le delatarían si Tomie le hubiera mirado, porque la respuesta estaba justo ahí, como un libro abierto para la mujer que amaba.
-No…-dijo Eris con una sonrisa- es la primera vez que visito este lugar.- beso sus labios con delicadeza, pero Tomie esta hambrienta de ella y deseaba más que una sutil caricia, un mordaz abrazo mantenía inmóvil a Eris.
-Eris…Eris…- Tomie sonaba sugerente y en su tono tan urgente, Eris quedo capturada, la euforia de sus ojos se escapaba, no era la Tomie que usualmente amaba, había algo levemente diferente.
Los botones fueron desprendidos de un solo tirón, la piel de Eris fue expuesta a su merced, Tomie le invito a la alcoba en aquella enorme cama que les esperaba silenciosamente, sus dedos se entrelazaron, Eris se recostó permitiendo que el menudo y esbelto cuerpo se acoplara al suyo.
-Eris…-sonrió Tomie al sentir que tenía el control- te vez hermosa desde aquí- bromeo un poco, obteniendo una mueca austera.
- y tu desde aquí…-ofreció Eris, acunando su mejilla- Tomie… permanece a mi lado- solicito con oculta urgencia.
-No iré a ningún lado...-otorgo recostándose en el pecho de Eris, un latido acelerado retumbaba en su oreja, riendo modestamente añadió- deberías calmarte o tendrás un ataque –beso el lugar que protegía ese corazón.
-Gozo de buena salud- alardeo infantilmente, Tomie no pudo contener la risa por esa afirmación.
-Uuhmm – se incorporo un poco para verle – y no es de lo único que gozas –deslizaba un dedo por su pecho hasta encontrar el modesto ombligo de Eris- que mas tenemos aquí…-continuo su recorrido hasta detenerse inesperadamente, en esos ojos azules se reflejaron muchas emociones.
-¿Qué es lo que vez en mis ojos? – parecía pensarlo, pero en realidad seguía sumergida en el océano profundo en los ojos de Eris, no se había percatado que uno de sus ojos parecía más oscuro ¿cómo es que no lo había notado?
-A mi… -respondió depositando un beso en sus parpados- me veo a mi…- y llego a sus labios- Te amo Eris… - cuanta razón llevaba esa respuesta Tomie, realmente..
Ese nombre en sus labios siempre suena tan hermoso… pero había algo que ocultaba, ese nombre no le pertenecía.
Todo aquello que se crea a base de mentiras, al final caerá como un castillo de naipes, cuando un viento inesperado les azote.
-Y yo a ti, Tomie –la abrazo como si tuviera temor de que se fuera, esa noche se entrego con el más profundo amor. Mi bella princesa..
Todo me sabe a despedida; pensó Tomie sujetándose intensamente a Eris.
**
-Dulces sueños… Tomie...-beso la frente de su amante que solo se refugio mas entre las cálidas sabanas, Eris cerro cuidadosamente para no despertarle, era aun media noche o al menos era lo que mostraba el reloj de bolsillo.
En el pasillo encontró a Stuart intentando abrir la llave con frustración, sintió una peligrosa presencia y al encontrarse con el rostro de Eris se paralizo totalmente.
-Pareces a ver visto un fantasma…-comento Eris en sorna haciéndole retroceder instintivamente.
-¿Q-que quieres?-apenas logro articular intentando ocultar su temor.
-ya veo… -ronroneo altanera la compositora mientras se acercaba un cigarrillo a los labios- sabes mas de lo que aparentas, Stuart…-
-No se de que hablas –gruño abriendo su habitación e intento alejarse pero Eris bloqueo la puerta, era mucho mas alta que el regordete camarada de Tomie.
-Por alguna razón tu asquerosa cara me era familiar…-cerro la puerta detrás de ella y luego se inundo de un silencio escabroso.
***
La muerte se volvió la dama más hermosa entre mis musas, cuando extendió sus manos hacia mí, quede cautivada profundamente por su sonrisa generosa, cuan fría y austera era su belleza que tratar de contenerme a sus encantos era un vil pecado, sutil y amable me envolvía en sus brazos, entonando una suave melodía ,¿una mortal que mas podía hacer? Más que subyugarse.
Notas firmes y suaves escapaban fugazmente de un piano deteriorado, que no desentonaba el entorno donde se encontraba, lo único que embellecía aquel atroz escenario, era la presencia de la bella dama que acariciaba cada tecla con gran maestría.
Finos dedos se deslizaban en el polvoriento piano, ejecutando con elegancia una sonata solitaria para su propia satisfacción, emanando una agradable fragancia a muerte que fluía lenta y familiar en aquel espacio que conocía perfectamente, como cada pentagrama de la sonata.
En medio de las ruinas, ausente de espectadores o curiosos, solo ella y su música en una mágica armonía, mientras cerraba sus ojos seguía deleitando las desgarradas paredes que le ocultaban del exterior, pero no de la cruda verdad que vino a recordar.
Con esmero y concentración continuaba pasando de lento a una velocidad increíble, una erudita presencia se manifestaba con violencia marcando con vehemencia las notas más altas, el sudor perlaba su frente revelando los fantasmas que se posaban posesivos sobre sus hombros, condenadas a existir cautivas en el recoveco más profundo de su mente.
Unos ojos azules se abrieron espontáneamente, como si aquel desmantelado lugar volviese en el tiempo, restaurando cada muro y grieta que ahora existían…
Hace mucho… mucho tiempo, existía una hermosa princesa que había sido capturada por un malvado demonio, que se alimentaba del miedo y dolor de los inocentes mortales, sus presas les elegía al azar, pero aquella princesa tuvo la mala fortuna de cruzarse por sus afilados ojos.
-un demonio- musito la princesa que había oído atraves de leyendas la existencia de esa clase de criaturas, pero su inocencia y carente experiencia le restaban credulidad, padres ignorante, los ojos de un niño siempre ven la verdad detrás de las mascaras.
Encerrada en una mazmorra, la princesa exclamaba por ayuda, pero su voz resonando en las paredes frívolas era la única respuesta que obtenía, aquel escabroso lugar mostraba señales de que muchos mas cruzaron por este desalmado destino, sus padres ya no existían, el demonio se los había comido.
Olvido cuantas albas había pasado en su encierro, la soledad no era su aliada, mas inocentes añoraban una gota de esperanza, llantos, gritos y lamentos resonaban estruendosos en todo el lugar, pobre princesa sus lagrimas se secaron y su corazón perturbado comenzaba a deteriorarse, poco a poco su fe se iría con todo lo demás que moria sin poder evitarlo.
Que destino mas nefasto se avecinaba para su carcomida existencia, por las noches un monstruo le susurraba y desgarraba su carne, al amanecer el demonio afilaba sus fauses para jugar con ella, sus ojos perdieron la ligera chispa de vida, se sentía hueca como un árbol.
Una melodía a la distancia se filtraba vagamente por los orificios que dejaban entrar el solitario rayo de sol, una sonata interpretada por un violín, comenzó a llenarle de esperanza, tal vez podría alguien escucharle y le salvaría de un trágico final.
Pero palabra alguna surgía de su gastada garganta, las lágrimas escasas se deslizaban por el mugriento rostro que alguna vez fue una hermosa princesa, todo estaba escrito, ella moriría en manos de aquel sádico demonio, que torturaba vilmente a sus indefensas victimas, pronto llegaría su momento.
Sus ojos apagados miraban fijamente la muralla fría y rocosa, había un diminuta flor de cerezo, recordando los tiempos en que disfrutaba con su familia el brote de estos… sus delgados dedos tocaban levemente aquella flor de cerezo, teniendo un momento de paz, anhelando la muerte.
El demonio y el monstruo dos entidades diferentes, uno lleno de ambiciones y el otro de lujuria, destrozando y profanando las migajas de inocencia, sus ojos había visto demasiado… sus otras víctimas morían en manos del demonio.
En ocasiones le obligaba a observaba horrorizada como destajaban a un pobre indigente que suplicaba por morir en lugar de seguir sufriendo a manos del demonio, risas malévolas ensordecían sus oídos y la sangre teñía sus harapos.
Su único consuelo era el violinista… ¿Quién será esa persona que emana tan dulce melodía? La ruleta del destino le permitió conocer a tan inesperado ángel, sus esfuerzos por cavar un salida solo le permitían una vaga visión del exterior, y ahí yacía un hermosa niña de largas pestañas y oscuros cabellos, cobijada por una lluvia de cerezos.
Que misteriosa… pensó la cautiva, añorando por un segundo conocer el color de esos ojos que permanecían cerrados; un ángel…o

-Un... –musito Eris deteniéndose bruscamente – demonio – observo la deteriorada mansión que alguna vez llamo hogar, una prominente pintura yacía intacta en medio de los extensos escalones que llevaban a la siguiente planta, una familia resaltaba, un padre elegante una madre recatada, un joven orgulloso y una pequeña con la mirada distante eclipsada con un violín que parecía ser su tesoro invaluable y único amigo.

Eris sin mostros ninguna emoción, nefastas criaturas que sonríen con falsedad, una máscara heredada, que no podía arrancarse del alma, un monstruo engendra monstruo, pero en ocasiones... Desvió sus pasos hacia la habitación contigua donde enormes puertas de cristal mantenía separado un extraño invernadero.

El tiempo y las plantas se adueñaron de aquel recinto botánico, un enorme árbol de cerezo que extendía sus enormes ramas, majestuoso ofreciendo sus primeros brotes de su flor que tenuemente se situó en la mano de Eris.

Ante tan majestuosa visión, aun estaban presente sus fantasmas, cada vida que fue tomada abruptamente hacía eco en cada rincón de aquella mansión siniestra y destruida, Eris rodeo el árbol hasta encontrar un pequeño agujero en una roca, tan diminuta que solo un niño seria capaz de meter la mano, sus ojos seguían cada línea agrietada, como si diminutas uñas lucharon hace tiempo por convertirlo en una salida.

El viento silbante traia el olor a muerte y sangre, uno al que ya se había acostumbrado atreves del tiempo, ya que algunos pasaron por el sutil atención de aquellos ojos tan afilados y profundos que ahora se abría paso entre la maleza.

Una enorme puerta de acero, estratégicamente imperceptible para los curiosos, eminente y austera se mostraba llena de fortaleza ante sus ojos, el oxido había creado una capa firme y ruinosa, impidiendo el paso a cualquier mortal, era como si fuese la misma puerta al infierno, y nada más acertado podía ser,

Un desagradable sensación pasajera acompañada de viejas cicatrices casi imperceptibles en la mano de Eris se situaron sobre el enorme perilla, pero su intención de entrar se interrumpió consciente de que no estaba sola.
-Vaya que tenemos aquí…- musito alguien con desdén y escupió con desprecio.- ¿por qué perturbas a los muertos?- continuo zalameramente.
Eris sonrió de una manera muy peculiar, entre lastima y tristeza, levanto ambas manos en señal de no tener ningún arma más que un móvil en una de sus manos, la persona detrás de ella, sin duda alguna no titubearía ni por un segundo en matarla.

-Eeeh… no imagine que aceptaras mi humilde invitación- uso el mismo tono burlón y soberbio que su contraparte- los muertos normalmente son muy silenciosos- se giro cuidadosamente, encontrando una figura alta que ocultaba el rostro en su larga melena cobriza.

-Has crecido mucho, tanto que diría que eres otra persona- admiro en sorna – tus métodos igual- rio recordando que en la cajuela del auto, estaba Stuart atado y amordazado, luchando inútilmente en escapar- Terminara como aquel pobre hombre… calcinado-hizo una pausa- ¿y que me dices de esa hermosa mujer que calienta tu cama? Como se llama… a si Tomie…-
Eris sintió una ligera descarda de adrenalina al oír el nombre de su amante en boca de aquel sujeto, pero su carta de triunfo seguía bajo la manga, sonrió con satisfacción al sentir que a veces la memoria de los humanos suele ser tan limitada cuando el odio satura sus emociones.

- el juego termino… y el telón tiene que caer… -redacto Eris abriendo el móvil sin bajar las mano- sin contar la cantidad de sugerentes amenazas-hizo una pausa- es por eso que estoy aquí-
Una risa descarada se extendió a su alrededor, contrastando el aura asesina, mientras limpiaba una lagrimilla que escapaba agotada de su precioso ojos azul, se giro lentamente ante su interlocutora, con una expresión estoica y atemorizante.
-Muy simpática...-

-Sigues Molesto –provoco Eris indicándole una parte física muy personal- no es que te siente mal el maquillaje… Eris…-
Rápidamente un cuchillo de carnicero tan afilado que zumbo en el viento, se poso en la garganta de ¿Eris?, que mantenía la misma postura, sintiendo como le cortaba levemente la piel y el olor a sangre se expandió por todo el lugar.
-¿Eris? Nadie me ha llamado así…-ronroneo el nombre- crees que tomar mi nombre y mi aspecto te ayudarían…- paso su lengua en la mejilla de su víctima- Ella aun sigue gimiendo cuando muerdes su oreja…-intento corromper su tranquilidad- dime… grita mi nombre cuando sucumbe ante tus caricias…-
-Y lo dices tú –rio burlonamente-quien no puede darse ya ese lujo-su risa se hizo más clara, esto enfureció a su oponente y le dio un golpe haciéndole hiriéndole la ceja.
-Tranquila hermanita.. te dare el mejor tratamiento …- empuño su cuchillo y lo levanto sobre su cabeza amenazante.
***
En otro lugar…
-¿Qué pasa?- pregunto el encargado del área de evidencias.
-Hay algo que necesito ver- indico Layla firmando el enorme libro amarillento.
-¿Aun sigues con el caso de ese vigilante? –pregunto por hacer algo de platica
-¿vigilante?-repito Layla algo desconcertada.
-Si –mordisqueo un poco de tabaco – el tipo ese que anda matando la escoria –
-En realidad me sacaron del caso –respondió con cautela -¿Por qué crees que mata a escoria?- observo al oficial que había elegido ese puesto antes de retirarse.
-Uh es por el caso de aquel hombre carbonizado-rio con desprecio- era un pederasta…-

Los ojos de Layla se ensancharon en completa sorpresa, había mencionado algo la psicóloga sobre los asesinatos, debido a que no solo era personas con un rango social muy estable, tenían en común también una ciudad en específico.

Recordó que iba a viajar esa ciudad, tenía dos boletos, le ofreció uno por si le interesaba corroborar una loca teoría sobre cómo podían estar unidos sin siquiera conocerse y tenía un posible sospechoso.

-No lo sabía- admitió Layla girando el libro hacia el oficial en guardia- supongo que tuvo lo que merecía, pero nadie puede tomar la ley en sus manos, ¿Quién dio esa información?-
-cierto, oh lo menciono la doctora –dijo el encogiéndose de hombros y revisando las listas- bien adelante –hizo una pausa- veo que usted y la forense Taylor están interesados en el mismo caso –

-¿Cómo? -nadie ha mencionado que el occiso fuese un pederasta, se freno de golpe a mitad del pasillo, había escuchado ese nombre antes, Forense, una vaga imagen comenzó a formarse, aquella mujer con la cual tenía cierta enemistad sin sentido. Reviso las entradas y salidas, pero el viejo caso del suicidio de su hermana salió a la vista.

-Danna… - un recuerdo fugaz le vino inesperadamente, y corrió al area de pruebas, no lo había notado su equipo se había encargado de ese caso y de la mayoría de los recientes homicidios, había algo extraño. –aquí apesta… -
+++

Unos ojos cansados miraban atreves de una mirilla, su dedo firme en el gatillo, maldiciendo por lo bajo al ver el peligro que se exponía en escena, su amiga estaba a merced de ese pervertido. Debió matarlo cuando podíamos… Danna se quito una gota de sudor, amaba a la mujer que le rescato y por eso no mato aquel sujeto, que le provocaba asco.

El violador de las cumbres llamado así por la policía estatal, una víctima que nadie vino por ella, sin importar los gritos, solo esa hermosa mujer que había literalmente rebanado a su opresor.
-Nadie te volverá hacer daño…-aquellas palabras acompañados de unos ojos melancólicos fueron suficientes para jamás tener miedo, Danna se cobijo en la fortaleza de aquella extraña que le salvo del infierno.

La compositora le atesto una patada en el plexo haciéndolo perder el equilibrio pero se recupero rápidamente y termino de nuevo en una posición ventajosa.
-Maldita perra –le sujeto del cuello con ira- desde el momento que naciste, deseaba bañarme en tu sangre, siempre te prefirió a ti…-le corto levemente la mejilla- eras solo una sombra… eso tenias que seguir siendo. –

Ella sonreía con descaro a pesar de estar con clara desventaja o al menos eso parecía, como si intentara escudriñar algo mas que una pelea peligrosa con el sujeto que aparecía en aquel ostentoso retrato como el joven hijo prodigio de aquella familia.

-Debió ser duro-gruño “Eris” sujetando la mano que le asfixiaba- tener que ocultar tu complejo- rio con dificultad- si querías usar vestidos solo tenias que pedirlo-
-Tu debías estar muerta, pero te he matado ya dos veces- se acerco hasta quedar en el mismo campo visual- esta vez me asegurare personalmente de que tu corazón deje de latir –saco una mas de sus navajas e intento apuñalarla pero una bala paso casi rozando su cabeza- que tramposa –

De hecho tres ocaciones pensó la compositora mientras rodaba hasta una pared 
escombrada, el Eris también se escabullo como una rata conociendo su madriguera, el francotirador se vislumbraba en la parte alta de la colina.

-¡DANNA!- grito la compositora ante algo tan inesperado –no intervengas –ordeno, no esperaba respuesta, pero si estaba consciente que le obedecería.
Diablos Danna se alejó de su posición y busco otro punto para tenerle en la mira, había cambiado el pasaje de avión y había seguido

-¿Danna…?-susurro el intentando recordar el nombre – ¿uhu? JAJAJAJA es aquella estudiante forense…- busco su ubicación sin éxito- veo que siempre te ha gustado recoger mi basura-

-Demonios…-gruño la compositora al sentir que sus manos se había incrustados unos clavos puesto apropósito, entonces distinguió un hilo muy delgado que accionaria una trampa, sonrió ante el truco pero sabia que si se movía no tendría nada de gracioso.

-Crees que no iba a venir preparado hermanita –grito altanero el sujeto quitándose el polvo- yo también traje a mi mascota…- y una flecha salió de entre los muros directo a la cabeza de la compositora que apenas esquivo.

Entiendo aquí los muertos se ven mas vivos que nunca, musito escuchando como el viento se cortaba por la flecha y el grito adolorido de Danna resonó por todo el lugar.

-Francesca –grito el sonriendo de buena gana al imaginar el rostro de asombro de su hermana- acaba con esa perra –vocifero mientras sacaba un largo cuchillo para ir tras su principal objetivo. Criss Fredeck
***

Alejandra mantenía la mirada en monitor de su notebook en espera de que su vuelo a casa fuese anunciado, había visitado un viejo colega, Jonatán Dubua que parecía muy familiarizado con el apellido Fredeck era poco común en su zona pero no en esta modesta ciudad industrial, una familia prestigiosa poseía ese apellido, un muy honorable cirujano, llamado Christopher Fredeck, un genio en el área quirúrgica, padre de familia respetable, esposa e hijos.

Tubo que chantajearle un poco para que le permitiera obtener algo de información, un nombre lleva a otra puerta y esta se convierte en una llave maestra que sigue introduciéndole en un inimaginable descubrimiento.

-Eris Fredeck…-saco una carpeta donde venia una carta de defunción del antes mencionado, y una foto contigua, era el informe personal de su psiquiatra privado, una vez muerto los privilegios de privacidad se van con el.- así que tu eres Eris –un joven apuesto con una mirada vacía sonreía con austeridad, tenia los mismos rasgos que su padre.
Henrietta Fredeck, Christopher Fredeck, Eris Fredeck y Criss Fredeck, toda una familia asesinada brutalmente, el informe se complementaba con recortes de periódicos de la mansión en que fue incendiada, encontrando los cadáveres irreconocibles, al menos la de los hijos, pero por sus placas dentales identificaron a los adultos, sin embargo los niños no tuvieron la misma suerte, sus cabezas fueron totalmente destrozadas y calcinados.

-¿Qué abra pasado realmente?- encontró un retrato donde vio a una pequeña de 8 años de perfil sin poder identificarla, como si intentara ser invisible.
Mas y mas imágenes llenas de esa terrible pesadilla, hasta que sus ojos captaron el nombre de un hombre que por alguna razón le parecía conocido, entonces recordó que Layla había mencionado aquel apellido, era de un homicidio reciente, y ahí estaba en una pagina de google la foto del prodigioso cirujano en compañía de aquel hombre que fue calcinado recientemente.

La casualidad no existe, el simple nombre provoco inquietud en su colega en una conversación fuera de contexto, tenía que aclarar sus dudas y al parecer aquel nombre estaba rodeado de desgracia y muerte: empezaba a ver cierto lazo con las inexplicables muertes que comenzaron a rondar la ciudad, no eran al azar.
Un delgado hilo los unía, y alguien había comenzado a cortarlos con crueldad.

-Como si intensase borrar sus pasos…-musito para si, entonces descubrió que no había ninguna imagen de Criss.
***

Mientras tanto…
-Crees que no iba a venir preparado hermanita –grito altanero el sujeto quitándose el polvo- yo también traje a mi mascota…- y una flecha salió de entre los muros directo a la cabeza de la compositora que apenas esquivo.
Entiendo aquí los muertos se ven mas vivos que nunca, musito escuchando como el viento se cortaba por la flecha y el grito adolorido de Danna resonó por todo el lugar.
-Francesca –grito el sonriendo de buena gana al imaginar el rostro de asombro de su hermana- acaba con esa perra –vocifero mientras sacaba un largo cuchillo para ir tras su principal objetivo. Criss Fredeck – déjame a Criss ella es mía… ronroneo lambiendo el filo de su cuchillo.
La compositora sonrió de buena gana a pesar de la deplorable situación en que se encontraba, al parecer las cosas seguían como debían estar .Para engañar a tus enemigos… tienes que engañar a tus aliados, eso tan solo te convertirá en el mentiroso hábil.

Continuara...

1 comentario

  1. te confieso que aun no lo leo pero al ver que has posteado, me has hecho emocionar.

    ahora si me pongo a leer.

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