Nota: Es el capitulo final,
espero no se me haya escapado nada de los anteriores capítulos, pero hace
tiempo tenia esta conclusión escrita hehe, solo que por motivos diversos no lo había
podido publicar, sobre Ion y Marian, son personajes de Duelo de Amor, para saber mas de ellos en ese fic podrán
aclarar sus dudas de quien son realmente esas dos, bueno espero les guste este desenlace, que a
mi me pareció el mas adecuada, después de todo solo es producto de mi
perturbada imaginación, y escritora no soy hahaha solo le hago el intento, en
fin mil disculpas por tardar tantos años. No prometo “ no lo vuelvo hacer” pero
intentare no dejar algo tanto tiempo.
Capítulo Final.
*******
***
Layla llego hasta una gasolinera abandonada,
un mapa diminuto fue dejado para ella en una servilleta en la mesa de la
cafetería que frecuentaba, tan solo había ido unos minutos al tocador, la
mesera no recordó ver a nadie acercarse a
la mesa, sin embargo ahí estaba.
Aparco a una distancia prudente,
todo estaba desolado, la nota solo tenía una oración, “ Feliz casería”, parecía
que el tiempo se había estancando en ese lugar, lo único que destacaba era un
auto mal estacionado en el área de dispensador de gasolina.
Saco su arma por precaución,
reviso el interior del auto sin encontrar nada, solo quedaba el maletero, la
llave casualmente puesta, como si fuese una invitación, Layla trago lentamente
y quito el cerrojo, tal vez su imaginación le jugaba una, pues pareció moverse
algo en su interior, y prosiguió con cautela.
-Por dios…- musito cubriéndose la
nariz, el olor pestilente de heces casi la ahogaba, unos ojos rojizos le
devolvieron la mirada mientras se retorcía entre su propia porquería- Stuart…-
reconoció, era uno de los asesinos que estaba en la escala más baja de los más
buscados, las pruebas que le entregaron demostraban que este montón de
estiércol, era el sepulturero, tenía unas 16 víctimas encontradas sin contar
las demás que aún se desconocía su paradero.
Al catear su residencia,
encontraron a una joven que casi moría de inanición, estaba oculta entra un
piso falso donde un agujero era el único filtro de aire que le permitía seguir
con vida, al fin tenia al culpable, que lloriqueaba por ser liberado de su
prisión, ya no era tan intimidante cuando los malos terminaban en esa
situación.
-¿Porque haces esto? – arrugo la
servilleta, este personaje tenia un nombre Criss Fredeck y pronto tendría un
rostro, no podía permitir que siguiera jugando a placer con la vidas humanos,
como lo hizo con la de su hermana Francesca.
Por otra parte Alejandra había
ido a investigar, encontrado un viejo periódico, con la foto de los hijos de la
familia Fredeck, para su sorpresa, Criss Fredeck y Eris Fredeck permanecían sonrientes ante la cámara, tras
un concierto privado, la violinista prodigio decía.
Sorprendida Alejandra le tomo una
foto con su móvil, con un mensaje simple a dos destinatarios, Layla Helkins y a
un número desconocido, devolvió todo menos su tranquilidad, conocía el rostro
que le llevaría a su verdadero objetivo, la doctora dejaría de pretender ser lo
que no era y su móvil sonó.
-Prepárense –ordeno con arrogancia.
*****
Francesca Helkins imagino que
sería su fin cuando sintió el filo de la navaja descender hasta su garganta,
pero este solo corto las cuerdas que le mantenían cautiva, con evidente
sorpresa ante su engañosa liberta. ¿Simplemente
la iba a dejar ahí sin más?
-Hija de p…-dijo Francesca sin moverse de su sitio.
-Tks tks…-Eris meneo un dedo
sobre su rostro- se agradecida, te dejare ir por esta vez- se inclinó hasta la
altura de sus ojos- la próxima vez…-la escritora puso un dedo en la frente de
Francesca-¡BANG!- obteniendo el
resultado esperado, miedo.
Danna permanecía en el auto con impaciencia y bastante
inconforme, sabía que nada bueno resultaría de dejarle con vida, sin embargo no
iba a contradecir las decisiones de la escritora.
-Debería encargarme de ella
–ofreció la forense, Eris negó y subió al auto esperando que ella condujera.
-Morirá de igual modo – admitió
Eris, sacando el ultimo cigarrillo, Danna solo observo la llamita y el humo
esparcirse, no se atrevía a pregunta porque
sonaba tan segura.
Eris sabía que esos dos buscaban
algo más que lidiar con el pasado, los
anillos que portaba no solo era un adorno ostentoso, unas llaves muy codiciadas.
-¿Qué sigue?-indago la forense
conduciendo hacia la ciudad.
-Tengo un lugar que visitar
antes- añadió con franqueza- sola-
+++
Aparco frente a una reja robusta
llena de enredaderas, el sol cálido se cruzaba por las enormes árboles que
custodiaban la entrada, sin ninguna placa que identificara el lugar, pocas eras
las almas que cruzaban por aquellos parajes, a excepción de Eris, que con una
vieja llave logro quitar el aferrado candado que mantenía aislado del exterior.
Nada más cruzar el umbral de
aquella enorme puerta de roble, el tiempo parecía haberse detenido, el aroma a
té se expandía por el recibidor, sus ojos viajaron cautelosos reconociendo cada
cuadro que adornaba las exquisitas paredes, un florero lleno de lirios frescos
siempre en el mismo lugar.
Con pasos ligeros continuo su
trayectoria haciendo pausas de forma inconsciente, reconociendo cada pedazo que
formaba esa enigmática mansión, sus dedos tocaban la lisa y fría pared que le
guiaba hasta una modesta puerta que desentonaba con el clásico entorno, tras
abrirlo se encontró con la usual imagen que seguía en su memoria, una mujer menuda sentada en una escalera inmersa en su enorme colección de libros que desbordaban de
los estantes.
-Hay té en la mesita - dijo la
mujer sin apartar sus cálidos ojos en las viejas páginas del libro que sostenía
con cuidado.
Eris gruño internamente y entro
hasta dejarse caer en el enorme sillón color café que estaba justo aun lado de
la mesita de té, ahí yacía péndulo de newton
que con un dedo impulso las
diminutas pelotitas cromadas que
cumplían su función balanceándose ante la aburrida mirada de Eris, había pasado
bastante tiempo de la última vez que había estado en ese misma habitación.
-¿No han salido las cosas como tu
deseabas? – Interrumpió la dama descendiendo con cuidado las escaleras-¿o haz venido a
terminar la partida?- indico el tablero de ajedrez de cuidadosa piezas de
cristal, con un juego sin concluir.
-Tal vez – dijo Eris recostándose en el sillón, aquella habitación
daba la sensación de estar en un domo,
los libros se extendía a diestra y siniestras una biblioteca personal, con
libros que probablemente hacía muchos años que no existían para el público.
Ahora sentía la mirada de la dueña de aquel recinto.
Sus ojos se encontraron, era una
mirada poco usual para Eris, como la de una madre, una que seguía igual de
bella y joven, el tiempo se había negado a tocar esos cálidos rasgos
-Marian…-
-No…- Marian la detuvo con un
gesto- lo usaste – su tono no demostraba
molestia, pero tampoco lo ocultaba, sabía perfectamente que hablaba del frasco
que hurto hace años de sus misteriosa caja que guardaba bajo llave en el
escritorio.
Si, lo había hecho, muchos años habían transcurrido, regresar ahí
le hizo sentir que no había dejado de ser aquella niña que esas dos extrañas en
mitad de la noche le dieron refugio.
-La hacienda Frederick fue
destruida- prosiguió Marian dando un
sorbo a su té - por segunda vez – acentuó con una ceja enarcada.
-Eso escuche –esquivo Eris el
tema, pero eso no iba a pasar desapercibido,
ya que Marian se encontraba de pie frente a ella y con un dedo le
levanto la barbilla para quedar a la misma altura de sus ojos.
-Te extrañara si mueres – dijo
Marian que se inclinó y beso la frente de Eris- y yo también –añadió alejándose
para volver a sus libros. Eris se quedó mirando el juego de ajedrez, su
oponente no estaba, solo movió otra pieza y tomo la que había derribado,
guardándola en uno de sus bolsillos.
- Gracias por el té – se dispuso
a marcharse pero Marian le lanzo algo y
lo atrapo instintivamente, era un libro delgado unido con una fino tejido a
mano.
-El ángel y la princesa –indico
Marian el título del libro – lamento que el final sigue sin gustarme – Eris iba
a responder, pero había vuelto a subir las escaleras.
-Adiós...-susurro Eris mientras
daba pasos acelerados hacia el exterior de aquel enigmático lugar que algún día
llamo hogar.
Hay sueños en los que tienes que despertar, antes de que se conviertan
en pesadillas .
****
-Lo que haces y lo que sientes
parecen ir en distintas direcciones, aunque tu mirada sea helada y vacía, puedo
percibir la calidez de tu corazón.- una mujer imponente decía mientras la
lanzaba contra el charco de lodo.
Su agitada respiración le hacía más
difícil incorporarse, su oponente le superaba en fuerza y astucia, escupió la
sangre que se acumulaba en su boca y volvió a lanzarse como animal salvaje
contra un enorme muro de carne, obteniendo el mismo resultado; una derrota
eminente.
.-si quieres controlar esa hambre
por la muerte debes elegir-la voz ronca y severa proseguía acompañada de una
sucia bota oprimiendo su cabeza, obligándole a gruñir de dolor e impidiendo
levantarse, una mirada asesina era la única respuesta, la mujer mayor sonrió zalamera.
-Para salvar a alguien debes
renunciar a ti o mejor aún renuncia a la idea de salvarla y muere con dignidad,
niña.- sentía nauseas como consecuencia de la paliza que recibió, observo como
la enorme mujer se sentaba serena sobre un tronco caído que acompañaba sobre
aquel inhóspito paisaje.
- No puedo enseñarte a vivir con
tu oscuridad- vio el brillo de un cigarrillo encendido y la mirada futil caer
sobre los restos de su humanidad,- si no
hacer parte de ella –sentencio el oponente y con esas palabras sentía que su
sangre hervía de furia, poniéndose de pie.
-¡ION!- y ella simplemente rio
con fiereza.
Tomie la observaba, parecía tan lejana aun cuando
sus manos estaban entrelazadas, podía sentir el gentil pulso atreves de su
mano, lento y relajado, que había detrás
de esa paz tan frágil, tenía miedo,
Tomie tenía miedo de que se desvaneciera esa burbuja en la cual sentía que
caminaba, Eris seguía siendo un misterio y aun así sentía que tenía las
respuestas, pero ¿Cómo?
Sus ojos se encontraron, ni
siquiera había notado que dejaron de caminar, sin comprender mucho Tomie trato
de decir algo para romper el silencio que las envolvía, pero como siempre Eris
la sorprendía; le rodeaba en un fuerte e inesperado abrazo, aun así algo había
cambiado.
-Tomie…-hizo una pausa para
apártese un poco- Te amo…-Tomie intento decir algo pero sus palabras fueron
capturadas por los labios apasionados de su compañera.
-Eris…- logro articular pues
estaba aún extasiadas por tan enérgico contacto, Eris se apartó con la misma
rapidez con que la había abrazado y comenzó a caminar por delante de ella.
-Te invito la cena –Eris ofreció
casualmente y se detuvo, Tomie tuvo que frenarse para no chocar con ella– claro
si me alcanzas, si no tendrás que pagar tu – e inesperadamente para la fotógrafa
se echó a correr.
-Pero que... ¡espera! –ante su
desconcierto olvido que no traía el calzado adecuado para alcanzarla-Pero que
tramposa!!!- grito Tomie intentando darle alcance, podía escuchar la leve risa de su pareja que disminuía
su huida para que pudiera alcanzarla.
Solo un poco más de tiempo- suplico Eris, con una expresión de tristeza,
que no logro ver Tomie- solo un poco más –
Ignorando que esa petición jamás
se cumpliría, pues unos ojos llenos de rabia la observaban a la distancia,
jurando que le arrancaría lo que más amaba, así como ella le arrebato al hombre
que siempre amo, aunque este fuese el ser más despreciable del mundo. Francesca
se giró en sus talones no sin antes dar otra mirada sobre su objetivo, aquella
rubia que sonreía desconociendo el peligro que le acechaba.
***
Días después…
Por un momento derramaba el café
que recién habia comprado, al ver el artículo que iban a publicar, miro a su
camarada con incredulidad obteniendo la misma expresión, la foto de Stuar en el
centro de la página, con letras grandes.
-Es una broma de mal gusto
–intento Tomie no creer lo que leía, pero su camarada negó con la cabeza por
temor a decir algo inadecuado, Stuart había sido el mejor amigo de ella,
traicionada se sentía totalmente una idiota.
Stuart estaba detenido y más que
eso iba ser enjuiciado por semejantes delitos, el hombre amable que ella
conocía, no era quien decía ser, en la foto era otro su aspecto deplorable y
desalineado todo lo opuesto, aun así seguía siendo el.
No quiso seguir viendo y decidió
tomar aire para despejar la maraña de pensamientos que se desbordaban, un
amargo sabor sentía en la boca, salió sin decir nada, solo quería salir de
aquel lugar.
Salió sin dirección aparente,
pero todo camino le llevaba a donde pasaba sus días con Eris, abrió la puerta
recibida por el silencio, al entrar respiro profundo sintiendo el agradable
aroma de su pareja, aunque estuviera ausente todo el lugar estaba impregnado
por la escritora.
En ese momento el lugar parecía
inmenso, deseando a ver encontrado a Eris con su peculiar sonrisa y esos
abrazos esporádicos , que eran un
bálsamo para el alma, no quería pensar, Tomie solo quería sentirse segura.
Continuo su recorrido hasta
llegar al despacho de Eris, con la vaga esperanza de sentirse cerca de ella,
pero al parecer ni la misma Eris había pasado mucho tiempo ahí, todo estaba igual, lo sabía porque justo en el
escritorio estaba el cuadernillo que olvidado la escritora y que ella coloco
ahí cuando retorno de su viaje, Tomie
paso sus dedos lentamente sobre la cubierta, un hormigueo de incertidumbre le
subía por los dedos hasta invadirle todo el cuerpo.
¿Y si Eris tampoco era quien
decía ser?, la desconfianza estaba haciendo mella en su psiquis, justo ahora ya
no sabía en quien confiar, Eris nunca le había mentido, pero no decir algo no
significa que se maneje con la verdad.
Nuevamente su atención se centró
en el cuadernillo, sentía Curiosidad
y mucha debido a que Eris era apegada a este objeto y al final lo abrió. Una
pulcra y firmes letras invadían las primeras páginas, párrafos y estrofas se
extendían entre las líneas.
Suspiro al reconocer algunas, ya que solía
decirlas como parte de su vida diaria , pero aun así cayo en la cuenta de que
Eris no cantaba, pero no se atrevía a preguntarle al igual que esa delgada
cicatriz que yacía a un costado del cuello, era casi imperceptible pero podía
deducir que era un corte profundo, no lo ocultaba solo que cuando ella lo
acariciaba Eris le detenía con una sonrisa vaga.
Sus dedos sintieron el áspero papel entre
medio de todo eso, sobresalía un recorte
de un viejo periódico con desagradables noticias y no era el único tras
adentrarse más en sus páginas ¿Qué es
esto?, pero se detuvo en uno; sobre una cantante llamada Criss Shadow y del
intento fallido de suicido, su retiro del ámbito musical, pudo ver la imagen de
Eris en esa nota, recordó lo dicho en aquella fiesta por un colega sobre ese
tema.
-Eso es absurdo -Tomie sintió un
punzada en el pecho, ya no debería seguir leyendo, no era el modo de enterarse
de la vida de Eris, ella no parecía ser alguien que intentara siquiera atentar
contra sí misma, dejo su paranoia y cerro el cuadernillo.
-Pero que estoy haciendo – Tomie
se tocó la frente sintiéndose mareada, tropezó
sobre sus pasos tirando accidentalmente un libro delgado, al intentar mantener
el equilibrio, “el ángel y la princesa” decía, se inclinó para levantarlo pero
sus ojos se ensancharon incrédulos al ver una foto oculta entre las páginas.
Era ella, pero más joven, unos
escasos 12 años probablemente, edad en la cual pocos recuerdos tenia, porque
Eris tendría una foto suya y sobre todo de esa época, que ni podía recordad
ella misma, cada vez esto se tornaba más extraño.
-¿Quién eres realmente? –musito
confundida.
-Esa misma pregunta me hago yo- dijo
una voz detrás de ella.
Tomie se giró para verla pero no
pudo reaccionar al sentir un impacto en la cabeza, cayó al suelo aturdida acompañada
de un dolor palpitante, toco su frente sintiendo la sangre impregnar su mano.
-¿Qué…?- Tomie la miraba
incrédula a lo que estaba pasando, hasta que todo se volvió oscuro.
***
-En verdad piensas irte –Wendy le
miraba con preocupación, dejando a un lado el montón de papeles que requerían
su atención- es como aquella vez…-recordó con inquietud.
Eris había llegado a su departamento, con una herida profunda en el
cuello, su ropa llena de lodo y sangre
ocultaban certeros cortes por todo su
cuerpo, había perdido demasiada sangre y aun así logrado llegar hasta su puerta. Asustada ante
la imagen, intento llamar a las autoridades, Eris le dijo que ella misma se
provocó tan letales heridas, sin embargo eso estaba más lejos de la realidad.
-Con una mierda. – grito Wendy intentando detener la hemorragia más profunda, pronto los paramédicos la
atendieron y aun débil ella declaro lo mismo, que había intentado suicidarse, así
el caso de Criss Shadow salió a la luz sobre su depresión y su fracasado
intento de quitarse la vida y perdió su voz. Su nombre fue cambiado al de Eris
y Criss Shadow murió en el mundo de la farándula.
- Esta vez será diferente– Eris
suspiro y le entrego un CD- un obsequio-.
-¿Qué harás?- Wendy sonaba resignada,
Eris se encogió de hombros.
-Es hora de que Eris también
desaparezca- admitió sin más, Wendy había sido alguien de confianza, Danna al
igual que ella, habían sido salvadas por esa alta y misteriosa mujer aunque de
diferentes maneras. Wendy no preguntaba no indagaba, solo sabía que esa hermosa
mujer era alguien que nunca podría entender.
Eris miro el cielo despejado, el viento frio que acariciaba su rostro y
jugaba con sus lacios cabellos, anunciaba la eminente tormenta que estaba por
venir, metió la mano dentro del bolsillo el mismo frasco con menos dosis lo
levanto a la altura de sus ojos.
El móvil sonó con un mensaje, lo
cual era inusual, lo abrió una imagen que cambio todo, cualquier pensamiento
quedo congelado y aquella imagen se tatuó en sus pupilas, creando un abismo
descomunal con la realidad, una sonrisa se delineo peligrosamente.
-La quieres, ven por ella –
Y eso basto para sentir que todo
raciocinio se desvanecía a cada paso que daba al cruzar la puerta, el monstruo
que había creado, simplemente despertó, Eris, Criss, quien sea no importaba,
solo quería a Tomie devuelta aunque eso significara destruir el mundo que creo
para su amada, uno en el cual no podía existir.
Capítulo 12
Taciturna pasaba la tarde y
vagamente se deslizaba por la única ventana que ofrecía luz, en el interior de
aquel sucio lugar, una mujer desalineada
hacia sus últimos intentos de tender una trampa con la mejor carnada que de
primera mano había conseguido.
Firmes ataduras mantenía las
muñecas a la espalda, tobillos unidos con un buen trozo de cinta gris, el
gancho oportuna se encajaba en la cinturilla, de una inconsciente Tomie, las cadenas tintineaban llevándola
hasta lo más alto, lo suficiente para que fuese visible pero inalcanzable.
Sonriendo vilmente ante su
aventajada situación Francesca, seguía en su labor, tras destapar el enorme
reserva de combustible, quería que Eris sufriera en el infierno y eso haría
aquello apenas empezaba.
-Veamos que harás para salvar a
tu princesa –dijo Francesca vertiendo todo el lugar de gasolina y dejándose una
ruta de escape, pues no pretendía morir con ellas, se esmeraba creando una
tumba de fuego, ignorando que había más espectadores en aquella nefasta función.
***
Iba a más de la velocidad
permitida, los autos apenas lograban
esquivar el frenesí en el cual este arremetía sin temor a perder el control,
luces rojas era abandonadas. Pronto unas sirenas comenzaron a escucharse en
unísono en diferentes direcciones, pronto estaría acorralada, maldijo por lo
bajo y giro nuevamente, no tenía intención de perder a la motociclista que se
escapaba con maestría entre los carriles.
Pero era tarde, ya se encontraba
entre una encrucijada y la policía que le cerraba el paso, obligándose a frenar
abruptamente.
-Baje del auto- grito el oficial
desde el resguardo de su puerta, con su mano temblorosa apuntando hacia el lado
del conductor, se escuchó una maldición desde el interior, otro oficial se
acercó lo suficiente para verle con las manos en alto.
-Es un error – dijo airada Layla-
soy de los suyos – pero ya la tenía sometía contra el suelo- MI PLACA!! ESTA EN
MI BOLSILLO, DEMONIOS- solo podía ver impotente como Eris Fredeck se escapaba
de sus manos, vio la moto estacionarse y ofrecerle una sonrisa burlona.
****
Eris permaneció sentada en una de
las tantas bancas que se encontraban en el mirador, podía observar el
embarcadero y la hilera de almacenes donde apenas había actividad,
Danna se
detuvo a medio camino, sin dejar de mirar a la escritora quien parecía tener la
costumbre de verse la palma de su mano, creando una línea imaginaria que
sesgaba la misma.
-¿Qué es lo que buscas ahí?- dijo
Danna con curiosidad, esa manía parecía ser muy continua cuando planeaba algo,
al no obtener una respuesta, procedió a entregarle un pequeño saquito oscuro.
-¿Sabes cómo ocultar una flor del
resto?-pregunto la escritora sacando lo que ocultaba aquel curioso bolsito
hasta encontrar una píldora purpura.
-Guardándola para ti – respondió
secamente sin saber dónde llevaba la conversación, Eris gesticulo una negativa.
-Le pones justo en medio del caos
– sentencio Eris con una sonrisa sombría.- y ahí es cuando puede pasar
desapercibida –
-¿Y si alguien la ve?-tentó
sutilmente
-Entonces lo destruyes – admitió Eris
estirándose cuan alta era, Danna tuvo que retroceder por instinto.-pero a veces
solo tienes que dejarle ir – oculto su tristeza con una vaga sonrisa,
metiéndose la píldora en la boca.
-Te ayudare –dijo Danna con
lealtad, o más bien con amor.
-Lo harás-Eris se acercó y la
atrapo en un abrazo- ¿Morirías por mí? – Pregunto, Danna asintió sin reparos-
eso pensé…- Eris la estrujo más fuerte, la expresión de la forense era de total
sorpresa, pero no lucho dejo que el aire se fuera agotando y la oscuridad que
le envolvía la tomara.
-No puedo permitirlo – Recostó a
la inconsciente forense en la banca y la esposo en ella.- no soy el monstruo
que pretendo ser – le cubrió con su gabardina.- adiós -
*****
A la distancia los barcos desembarcaban,
las personas se despedían para volver a sus casas, la tarde se marcha dejando
la tranquila noche envolver el embarcadero y justo ahí, un almacén el más
lejano, Eris caminaba serenamente en esa
dirección, dejando que el viento salado jugara con sus lacios cabellos.
-Una vez que salga ya no podrás contenerlo- advirtió - entonces ellos irán
a por ti… niña- Ion sonrió con ironía
tras ponerse frente a frente a la mujer más joven que era casi tan alta como
ella- y será el final de tu historia – paso de largo no sin ates añadir- y el
de ella…-
Eris bufo mentalmente ante el
oportuno recuerdo, coloco la mano sobre la pesada puerta que le separaba de
Tomie, podía percibirla al igual que el olor a gasolina, esta vez iba ser un
poco más complicado, al notar que
alguien más se uniría a la fiesta.
Dando un paso en el interior,
confirmo sus sospechas, con la escasa luz que ofrecía el exterior pudo ver los
restos de barcos desmantelados, cajas y recipientes de combustibles vacíos, y
en medio de todo Tomie.
Sintió que la ira le consumía, al
percibir el olor a sangre de Tomie, apretó los dientes con fuerza casi podía
sentir el dulzor de su propia sangre inundarle la boca.
-Hola Francesca – incito Eris para que se mostrara
y no tardó mucho en revelarse
-¿Estás sola? – el eco la
mantenía no permitía obtener su ubicación con precisión, pero las ratas siempre
se ocultan en los mismos lugares.
-Si –dijo Eris tajante sin
moverse -¿Qué es lo que quieres?- sabía
que buscaba algo si no ya le hubiera disparado nada más entrar.
-Que mueras– grito más fuerte dejando
en evidencia donde se ocultaba.- lentamente -
-Ah… en serio – añadió con tono burlón-
pensé que buscabas los anillos– tentó- sé que tu novio te prometió algo por eso
le obedecías servilmente, las ideas no se te dan bien-prosiguió caminando con
tranquilidad - seguro estas apuntándome, ¿qué crees que pase cuando dispares? -
-¡Cállate!.. ¡Cállate!!- Francesca
sonaba inestable, la abstinencia comenzaba hacer mella en su cordura.- no te
acerques – y salió de su escondrijo apuntándole.- ¿Dónde están?
-No los tengo –admitió con
tranquilidad- los tiene ella – señalo a Tomie
-Mientes - titubeo Francesca sin
apartar la atención de Eris, quien se encogió de hombros sin decirle nada- Dame
los malditos anillos… ¡ahora! – exclamo haciendo que Tomie comenzara a recobrar
la conciencia.
En un momento de distracción,
Eris sujeto el arma y con el envés de la mano un golpe certero en el mentón
aturdió a Francesca, haciéndola caer, asustada se encontró con los fieros ojos de Eris, iba a descargar toda
su cólera en la mujer que se arrastraba como gusano por el suelo.
-Espera… espera… - rogaba
Francesca intentando encontrar algo en el suelo que pudiera protegerle del
monstruo que se cernía sobre ella, lanzando pedazos de madera y fierros
retorcidos para alejarla sin resultado, la muerte sería un premio comparado con lo que
Eris tenía en mente, intento luchar contra el fuerte agarre en su garganta, el
aire escaseaba y Eris sonreía satisfecha. -N..o.. es..-
-ALTO AHÍ –
Eris gruño en frustración, soltando bruscamente a su
presa, Layla estaba detrás de ella apuntándole.
-oh Srta. Helkins – dijo Eris en
reconocimiento, dándose la vuelta, pero Layla se perdió mirando a la mujer que
estaba detrás de la escritora, no quería parpadear por temor que fuese una ilusión.
-Hermana…-susurro Layla incrédula,
había buscado tanto al asesino de su hermana y al final resulta que estaba viva,
estaba demacrada y con poco peso pero seguía siendo ella- FRANCESCA- grito con más
vehemencia intentando acercarse- eres realmente tu…-.
-¿Hermana?-escupió Francesca sin
mostrar algún interés en lo que decía la mujer.
-Soy yo Layla… –intento guardando
su arma y mostrándole sus manos- no me reconoces -
Eris se fue apartando de la interacción
de esas dos, ahora su principal objetivo estaba luchando por comprender que
pasaba y como termino en tan peligroso lugar, busco la el interruptor de la
cadena, que estaba oculto entre unas tablas, sus ojos se cruzaron y Tomie dejo
de moverse asintiendo en comprensión.
-Estás loca- sentencio Francesca intentando alcanzar su
arma- yo no tengo hermana-
-Pero que dices…- dijo Layla
herida por esas palabras, se detuvo al ver que había tomado un tubo para
defenderse.
-Porque es verdad- añadió una voz
ajena, ambas se fijaron que ya no estaban tan solas, la doctora Alejandra salió
con arma en mano y un grupo de personas
igualmente armadas por afiladas katanas se hicieron evidentes.
-¿Qué haces aquí?- Layla estaba
confundida.-¿De que estas hablando?-
Francesca se incorporó intentando
buscar una salida, esas personas las conocía perfectamente, LA ORDEN, esta situación estaba fuera de
sus manos, tanteo en su chaqueta y encontró el mechero que buscaba, si tenía
que conseguir las llaves tendría que arrancarlo de los dedos calcinados de
Eris.
-Captúrenlas – ordenó Alejandra y
sus hombres fueron a por Francesca pero Layla se interpuso.
-QUE DEMONIOS –apunto al que se acercaba y estos retrocedían
esperando otra indicación.
-Lo siento Layla...-Alejandra saco una flautilla y soplo un dardo en contra
de la agente- pero ya no eres de utilidad –sentención. Layla apenas sintió el
piquete se tocó el cuello sacando el diminuto aguijón, aun sin comprender en
marioneta de quien se había convertido, se desmayó.
-Busquen a Criss Fredeck, no la
dejen escapar-Alejandra levanto a Layla y la llevo al exterior- de preferencia
muerta- añadió.
Aprovechando la confusión, Eris
logro subir algunas cajas para alcanzar a Tomie, la hizo descender lentamente,
busco en su bota una navaja que traía siempre consigo, desato las cuerdas y
entrego la daga a Tomie para que soltarse lo tobillos, Eris tenía que buscar
una salida alterna para ella, no tenía intenciones de que las atraparan a
ambas.
-Tomie – Eris la indico que se
mantuviera agachada, al ver los hombres buscarle por el almacén,
desafortunadamente la salida alternativa era una ventanilla que estaba del otro
lado, y la otra opción era la puerta de
emergencia, la cual probablemente estaba cerrada por fuera.
-¿Qué está pasando?- escucho la
voz de Tomie.
-Te explicare lue…-Eris apenas
termino de a completar la frase cuando sintió que algo le atravesaba el hombro,
retrocedió instintivamente para protegerse, Debí
suponerlo, apretó los dientes para reprimir un quejido.
Tomie sonrió malvadamente al ver
los ojos azules nublarse levemente en reconocimiento, se llevó la navaja a los labios probando la sangre que se
deslizaba por el filo.
-Tan dulce como siempre…-ronroneo
una Tomie totalmente diferente, Eris la miro con nostalgia – me extrañaste…-
-De hecho no –admitió la
escritora y un veloz movimiento le hizo retroceder nuevamente, evitando otro
corte mortal- pero te esperaba –
-En serio… aquella vez parecías más
divertida- dijo Tomie con fingida tristeza, llevando la navaja a la altura de su propio cuello- mi
último recuerdo fue ver cómo te ahogabas en tu deliciosa sangre- señalo la
cicatriz imperceptible.
-Todo un espectáculo – recordó
Eris en sorna, casi perdía la vida, las cosas se habían complicado
-Oh venga – se tocó así misma- tu creaste esto – dio un
giro pero la patada fue amortiguada en
el hombro de Eris provocándole dolor.- y esa bruja…en tu vago intento de
destruirme –
-Lo sé –acepto sus palabras
resistiendo los esporádicos ataques- pero lo enmendare -sentencio la escritora,
bloqueando la navaja que iba directo a su cuello.
-Nadie puede huir de sus propios
demonios- sentencio Tomie derribándola-ni siquiera tu -
-AHÍ ESTAN- vocifero uno de los
subordinados de Alejandra, pronto comenzaron subir por las cajas y las
barandas, Eris maldijo por tomarse demasiado tiempo, tenía que traer de vuelta
a Tomie, quien ya había cambiado su atención hacia los intrusos.
-Vaya, vaya –Tomie salto inesperadamente, cayendo en medio de
los desconcertados espectadores- ¿Quién va primero?- indico divertida, matar
era un placer que no podía negarse.
Con un grito despavorido dos se aventuraron atacar, con espada en mano
a embestirle sintiendo la victoria al ver la única arma que Tomie portaba,
ilusos mortales sus ojos abiertos como farolas, ante la destreza de la bella
mujer que estoco la daga en el pecho del primero, mientras el segundo corto
solamente el viento sin tocarle ni un solo mechón rubio.
Veloz fue tan cual su movimiento
que apenas podían distinguir la luz y los ojos esmeraldas llenos de locura e
ira que tomaba una vida, inmovilizándolo
hasta romperle el cuello, Tomie soltó el cuerpo que cayó como un saco de
carne bajo sus pies.
-El que sigue – dijo melodiosamente,
observando el pánico en alguno de ellos.
Eris impacto el cráneo de su oponente
contra la columna y lo uso de escudo cuando otro la asalto con el peligroso
metal, uno más logro atraparle, poca fue su suerte cuando termino en el suelo
bajo la firme bota le quebró la pierna, estallo en agonía.
-¡Demonios!- exclamó Eris ante el esfuerzo, el hombro le palpitaba y
comenzaba a sentir la sangre escaparse, pero eso no le impidió dejar fuera de combate al siguiente
desafortunado, la situación no le aventajaba, estaban más interesados en atacar
a Tomie, con un tubo de buen tamaño comenzó a balancearlo para derribar a sus
enemigos.
-Tomie-
Percatándose de que Alejandra la tenía en la
mira, Eris grito su nombre quien no tardo en abrirse paso entre las espadas que
intentaban atravesarla, degolló algunos
en su paso y la sangre salpicaba su rostro, dejando una imagen clara de que
gozaba el momento.
-Te tengo –sonrió Alejandra
jalando del gatillo, pero Eris logro ponerse como escudo antes de que el
estruendo anunciara que la bala había
escapado de su prisión de acero, el familiar ardor en su pecho le hizo retroceder
levemente sin derribarle.
-¡¿Pero qué?!- Alejandra ella es mortal volvió a cargar la
extraña arma con un solo cartucho e intento nuevamente darle a Tomie.
Eris se anticipó tirando el tubo como una lanza
impactando a la doctora, haciéndole fallar, cayendo de espalda, quien intento incorporarse y sin
previo aviso el fuego se expandió como una barrera entre ellas. Francesca había
logrado escapar por la ventanilla no sin antes dejarle recuerdos al lanzar el
mechero en el lugar justo donde estaban los contenedores.
Alejandra corrió hacia el fuego frustrada, sus
compañeros la detuvieron ante su arranque de locura, sus enemigos estaban ahí,
frente a ella y no podía alcanzarlos, grito de impotencia mientras era llevada
a un lugar seguro.
-¡¡¡MALDICION!!! No descansare
hasta ver tu cadáver- bramo Alejandra a lo lejos.
Tomie sacudió su mano dejando
rastro de sangre a su paso, todos sus oponentes estaban muertos, las únicas en
pie eran ella y Eris, en ese mar de fuego que rápidamente se extendía a su
alrededor.
Capítulo 13
Un vals mortal danzaban dos
figuras entre las llamas, una sonrisa mezquina a enmarcaba los sublimes labios
de Tomie, la escritora le devolvía el gesto, retrocediendo y esquivando las
peligrosas caricias que su amante le ofrecía, esos ojos esmeraldas desbordaban
frenesí, en busca de un abertura
perfecta para envainar la daga que jugaba entre sus dedos.
-¿Qué pasa?- ínsito Tomie-¿Este
es tu gran plan?-
Cortes fugaces y letales
desgarraban sus prendes en cada ir y venir, Eris esperaba el momento justo de
mover su última pieza, podía percibir la impaciencia de Tomie, pronto le dio
una ilusa ventaja, que tomo sin titubear, y le permitió deslizar sus manos sobre
su cintura, provocando que ambas terminaran en el suelo.
Sus rostros estaban tan cerca que
casi podían rosar sus labios, en una demostración de fuerza, Tomie empujaba más
la daga sobre la tierna piel expuesta, Eris le sometía quedando encima de ella,
desprendiendo su agarre de la daga, dejando ver una vieja cicatriz en la palma
de Tomie.
-Volví por ti- confeso Eris
mirando esos ojos vacíos- volví…- repitió buscando a Tomie dentro del ser que
se hacía llamar Criss, quien sonreía burlonamente.- ¿Cuantas veces más
pasaremos por esto?-
-Esta será la última - logro
escapar del agarre de Eris, cambiando la posición a su favor, colocando el filo
en la garganta de Eris- Adiós mi amor…-se inclinó para besarla.
Eris jugo con su lengua, sintiendo la píldora
entre sus dientes, ese era su último movimiento, sujeto a Tomie obligándole
a unir sus labios, con los dientes rompió la capsula y el líquido se
derramo en su boca dándoselo a beber. Tomie retrocedió bruscamente intentando
escupirlo pero parecía aferrarse más en su paladar. Le dio una mirada asesina que
se disipo convirtiéndose en desesperación, dando paso a los primeros efectos.
-¡¡¡Que me has hecho!! ERISU-
chilló llevando sus propias manos a su cuello,-¡ERISU!- el aire faltaba y
sentía que algo iba carcomiéndole por dentro, confundida miro a Eris en suplica
y perdió el conocimiento, cayendo irremediablemente sobre los brazos de Eris.
-Perdóname…- susurro Eris besándola coronilla de su cabeza, el fuego comenzaba a reclamar todo el recinto, la cargo
hasta alcanzar la barandilla que le llevaba a la ventana y como era de esperar
estaba atrancada, uso el tubo para hacer palanca, pero no cedía- no morirás
aquí…-prometió e intento nuevamente logrando abrirla un poco lo suficiente para
que una persona entrara.
-ERIS…-la voz de Danna resonó desde
el otro lado. Eris se asomó viendo a la forense, seguro se había dislocado los
dedos para soltarse de las esposas.
-Sujétala – le acerco a una inconsciente
Tomie y Danna se apresuró ayudarle,
bajándola cuidadosamente hasta el otro lado, volvió por Eris,
-Eris rápido – la urgencia en su
voz dejaba claro que no se veía bien el asunto, antes de que pudiera tratar, la
barandilla de derrumbo, devolviéndole en medio de aquel infierno, quedando
lejos de su única vía de escape.
-¡¡¡por dios!!!- exclamo Danna
con impotencia, intentando buscar algo para sacarla. Eris se percató que el
lugar no resistiría mucho y probablemente saldría todo volando, como juegos artificiales bromeo
mentalmente aun en esa precaria situación.
-Vete – concedió Eris y se recostó mirando cuán lejos estaba aquella
claridad, el humo se mesclaba con el poco oxigeno que había, el calor se hizo
más evidente al sentirse sofocada. Danna la miro aterrorizada – Gracias - añadió Eris y vio la expresión de dolor en
su amiga que asintió desapareció de su campo visual.
******
Miro el lugar una vez más habían
encontrado el cuerpo de Francesca no muy lejos de ahí con una bala en la
cabeza.
Solo escombros y ceniza a su
alrededor, aun así Alejandra no estaba
satisfecha, rebuscaba para encontrar
rastro de ellas, su gente continuaba inspeccionando
cuidadosamente, no quedaba nada, la policía y los bomberos, le dieron paso
libre, cuando mostraron sus identificaciones.
Las llamas lo había consumido
todo, Alejandra encontró una pieza de ajedrez, la olfateo y percibió el aroma
familiar de un oponente formidable. Ion
-Jefa tiene una llamada- le
entregaron el teléfono, Alex miro un momento el lugar y suspiro.
-Me decepcionas Alejandra, pensé
que tenías todo bajo control –
-Ella estuvo aquí–dijo Alejandra,
esperando respuesta de su interlocutor.
-Sigue con vida...-una pausa- La
ORDEN, dejara pasar tu pequeño error…-
-Gracias señor –
-Recuerda que nuestra labor es –
sentencio con rudeza- extinguir las anomalías, aun con las bajas que tuvimos.
-¿Señor?
- el recolector–recalco y
confundido- Te enviamos refuerzos, envió su informe sobre el plan del almacén,
su señal se detuvo, doy por hecho que perdimos un elemento.
-Gracias señor-Alejandra dijo con
serenidad, la comunicación se cortó, se quedó pensativa.
-¿Jefa?-
-¿Nos había llegado un recolector?-indago
casualmente, el hombre asintió un podo sorprendido
-Debió, pero no se presentó–saco
su portátil y busco el expediente ante los ojos incrédulos de Alejandra- ya que
ud. Se citó con ella cuando llego–añadió el subordinado un poco confundido-
Desconcertada ante tal afirmación
Alejandra tomo el portátil y le hizo señas de que se retirara, tecleo una serie
de códigos, hasta tener acceso al expediente, incrédula por ver un rostro
conocido bajo el perfil de rango de recolector.
-Jefa- interrumpió otro llevando
consigo una bolsa de evidencia, en el encontró un par de anillos- creo que…-
Alejandra los sostuvo a la altura
de sus ojos, había visto esos anillos, uno en la mano de Eris y el otro debe
ser de Criss, percibió su olor en la prenda y algo de piel quemada.
-Retiren nuestra gente –ordeno
Alejandra guardándose la evidencia- dejen que los oficiales hagan su trabajo.-
camino hacia una ambulancia donde Layla permanecía aun inconsciente
-¿Qué hacemos con ella?- señalo a
la agente.
-Déjenla, no representa ningún
problema –Alejandra subía a una camioneta y le indico al chofer que avanzara,
apartándose de aquel caos, eliminando el expediente que tenía y guardando para
si la única foto, de Eris Fredeck, la Eris que conoció en sus consultas.
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Horas antes…
Danna logro llevar a Tomie a un
lugar seguro, entonces escucho un estruendo y el almacén se derrumbó, el humo
contaminaba todo el lugar, Tomie abrió los ojos confundida, entonces las
imágenes le llegaron de golpe y un pesado dolor inundo su pecho, dificultándole
respirar,
Danna vio su lucha e inmediatamente comenzó auxiliarla.
_ No.. no no no no no-
aterrorizada intentaba reanimarla- ¡¡demonios venga!!!-
-E r i s u –gesticulo Tomie sujetándole del brazo
con fuerza, en sus ojos solo se leía la desesperación, Danna volvió la mirada
hacia el almacén, Sus ojos siguieron la mirada de
Danna y lo sustituyo por la
infernal imagen que se plasmó en sus pupilas, pero antes de que pudiera decir
algo, Tomie había dejado de respirar.
-Oh no te atrevas- golpeaba el
pecho del pasivo cuerpo de Tomie- ella entrego su vida por ti-
-Ya no es necesario– interrumpió
una mujer extraña, con elegante vestidura victoriana.
***
Sintiendo los estragos de haber
perdido mucha sangre, su pierna no ayudaría de mucho, así que se limitó a
hurgar en su bolsillo hasta encontrar un cigarrillo, pasando la mano por su
pecho donde debió a ver entrado una bala.
-Dejare de fumar…-dijo con ironía
encendiéndolo con una brasa el cigarrillo.-Hoy si que no fue mi día –contemplo
las llamas hacer su trabajo y acercándose hacia ella con cruel lentitud, saco
los anillos del mismo bolsillo. Vio las iniciales en el anillo CF,
No era el final esperado, solo un poco más... pronto los humos tóxicos comenzaron amellar su
cordura.
El ángel y la princesa, no era otra que su amada Tomie, quien había
sido su verdugo y su salvadora, ella se había sacrificado. Lanzo los anillos al
fuego, con su cuerpo y los anillos darán por hecho de que Criss Fredeck estaba
muerta.
Escombros caían, pronto todo el
lugar se vendría abajo y ningún pensamiento en particular cruzaba por su mente,
excepto Tomie, lamentando que cuando ella despertara no podría verle, el
almacén empezó a colapsar y una columna envuelta en llamas decencia sobre ella,
todo le parecía ir más lento ante su inevitable muerte, simplemente sonrió. -
jaque ma…- tiro la pieza de ajedrez al fuego que venía por ella, Eris cerró los
ojos entregándose a la muerte.
-No, jaque mate...-corrigió la
sombra que sostenía el pesado tronco por encima de su cabeza- niña-
De entre las hambrientas llamas
una figura surgía con majestuosidad, el fuego le abrazaba con fervor, devorando
tela, piel y carne, dejando
irreconocible sus facciones, sobre su hombro cargaba el cuerpo de Eris resguardada
del infierno que les rodeaba.
A una distancia prudente una hermosa
dama esperaba serenamente, Tomie recostada e inerte en el en asiento delantero,
Danna ahogando un grito con su mano ante la escabrosa escena de la mujer en
llamas que se paraba frente a ellas.
Lentamente su espeluznante
aspecto fue disipándose como las llamas sobre su cuerpo.
-Bienvenida- dijo la elegante
dama- Ion...- y como repuesta recibió una mordaz sonrisa.
+++++
A través de una rejilla, podía ver el ir y venir de la sombras, olvido
contar los días porque no importaba el tiempo, solo deseaba morir, aquel hombre
se aferraba a desgajar su vida, en busca de algo que no entendía, solo era un
numero entre las extensas jaulas donde los demás lloriqueaban, 9, marcado con
fuego ya hierro en la suave carne.
Aun así deseaba verle una vez más, aquella niña que dejaba migajas de
pan por entre los hoyuelos de su encierro.
-Porque haces esto –indago la prisionera, pero no obtuvo respuesta solo
vio sus hermosos ojos sin emoción, ni lastima por en andrajo de humanidad que
tenía- desearía morir…-musito viéndola marcharse de aquella mazmorra.
Pronto se vio arrastrada al exterior y la luz de la luna le recibió
después de tanto tiempo, luciérnagas vagaban por sobre sus cabezas,
desconociendo donde estaba, tras correr se detuvieron en un desvió, la muralla
de monte y árboles se extendía dejando un rustico camino, una daga se levantó
sobre la cabeza y corto la carne con
sagacidad, la sangre comenzó a desbordarse de la profunda herida, pronto un
mecho de cabello fue arrebatado.
-Toma… esto te servirá para sobrevivir un tiempo…si lo vendes-la joven
niña se quitó el gran anillo de oro, dejando ver la herida que aun sangraba mezclándose con el
mecho de cabello.-prueba de que te he
matado-explico, pero su mano fue sujetada con temor.
-Ven conmigo…-pidió la niña sin soltar su mano, por algún motivo su salvadora también parecía tan diferente,
pero la más grande negó.
-No puedo…-sonrió agradecida ante tal oferta, ya que al final de todo,
ella era también una prisionera.
-¿Porque?-insistió temerosa.
-Soy como ellos…-admitió con asco- al final también querré hacerte daño…-
-Pero no lo hiciste…-recordó lo amable que fue en ocasiones durante su
cautiverio.
-vete antes que descubran que no
estas –se incorporó sacudiendo sus ropas.
-volveré por ti-
-no lo hagas- comenzó alejarse ignorando la vaga promesa.
-¿y cómo te llamas?- indago viéndola partir.
-No importa…solo vete de prisa-vio la duda en sus ojos- puedes llamarme
como sea..-regreso y se inclinó hasta la altura de sus ojos y beso su frente-
tienes que irte -
-prometo volver por ti- repitió y comenzó a correr –Tomie…-susurro era
el nombre de una flor que solo salía cuando la luna era tan hermosa como esa
noche.
-Adiós Erisu..- Tomie la miro marcharse, por un momento deseo a ver
tomado esa mano e irse lejos con ella, pero sabía que eso sería imposible, al
final solo terminaría en tragedia, porque su otro yo era mas fuerte.
Una punzada que se extendió con
una oleada de olor por todo el cuerpo, hasta detonar sobre su pecho, cerro los
puños amortiguando la terrible sensación que embarcaba, abrió los ojos
descubriendo la llama de una vela que latigueaba espesas sombras sobre su
cabeza, los fantasmas del pasado eran a veces insistentes.
Esto debe ser el purgatorio. Sonrió Erisu con modestias para no
desatar nuevamente las oleadas de dolor.
-No es el purgatorio si es lo que
estas pensando –expreso una voz familiar, sus ojos encontraron a Marian
cómodamente sentada en una esquina con un grueso libro sobre su regazo.
-…-intento hablar pero ni un
sonido surgió, toco su cuello pero no tenía ninguna lesión.
-Ah eso…-Marian se acercó hasta la cama- todo
tiene un precio –susurro al oído de Eris, quien no intento nuevamente a
formular palabra, pero aun así deseaba saber sobre Tomie, era obvio con solo
ver la desesperación en sus ojos, Marian se apiado de ella y le invito a
incorporarse, claro estaba, aquel
movimiento iba a doler y mucho.
-Esto te calmara por un momento –
le dio un vaso de cristal con un líquido verdoso, Eris enarco una ceja – o
puedes ir agonizando por todo el pasillo – trago el líquido sin chistear, un
sabor amargo le inundo el paladar y tras eso el dolor se apaciguo
milagrosamente.
-Necesitaras esto- le extendió
una muleta hasta su alcance- esa amiga tuya es un buen médico, salvo tu pierna
– explico- aunque yo pude hacer más –añadió con franqueza. Sabiendo que eso
implicaría volverla una de ellas.
-Pero no soy tan cruel…-le restó
importancia al asunto.
Marian desarrugo su vestido antes
de abrirle la puerta y seguir su propio camino no sin antes señalarle hacia la
otra dirección, opuesta a la que ella tomaría, vio como una figura más alta esperaba
en el umbral por Marian, no necesitaba verle directamente para saber de quien
se trataba.
Logro caminar un tramo hacia el patio, las
puertas corredizas estaban abiertas un aire fresco acompañado de la brisa
marina explotaron sobre su nariz, acompañado de un agradable y familiar perfume.
Al cruzar, un pasto verde y basto
acariciaba sus pies descalzos, abrió los ojos como dos esferas azules,
descubriendo el paisaje que le recibía, delante un enorme árbol de cerezos que siempre
obsequiaba sus bellas flores, capturado en un hechizo eterno, en el una hermosa
mujer de cabellos rizados color trigo, permanecía con los ojos cerrados,
dejándose arrullar por el viento que jugaba con los mechones de su frente.
Deteniéndose, quiso tocar al
menos uno de esos cabellos pero freno su mano por temor de descubrir el amor o
el desprecio en los ojos de ese bello ángel que yacía en un gentil letargo bajo
la sombra del cerezo.
Cuan bello es el encanto y tanto miedo en mi corazón, De descubrir con
que ojos miraras al mundo, tras cruzar el averno tomadas de la mano, solo para
llevarlo por dentro.
Quizás deba renunciar a ti…y después de tantos años acumulados bajo
la sentencia del olvido, lagrimas escaparon de su celeste prisión, cayendo
silenciosos por el rostro cansado de Eris, ante tal afirmación, después de
tanto, solo tal vez debió dejarle ir, en lugar de salvarla solo termino
condenándola, su afán y fervor de cumplir su promesa egoísta.
Tomie…pero de los labios no
escapo ningún murmullo, Eris se inclinó levemente y capturo uno de sus mechones,
era un hermoso sueño, del que no deseaba despertar, porque en esta historia el ángel se convierte en princesa y la princesa
en demonio, por amor.
La amaba tanto, que cada recuerdo
era un tesoro invaluable, bueno o malo, mentiras a verdades, todo estaba
guardado, cuando ella despertase la existencia de Eris se habría disipado como
las nubes después de una atroz tormenta, quien era para seguir martirizando su
ya herida alma. El tiempo era su enemigo, mientras seguía avanzando con él, Tomie
había dejado de seguirle.
Adiós Tomie Dejo escapar los cabellos de entre sus dedos como sus
destinos, ahora comprendía las mortíferas palabras de Ion y aun así dolía, aquella
imagen se quedara plasmada eternamente en su memoria, sería quien debía dejarle
libre.
Sus dedos quedaron prisioneros
entre las manos de Tomie, sorprendida ante el gentil pero firme agarre se
mantuvo inmóvil, se vio reflejada en los ojos aun confundidos de Tomie, la atrajo hacia si para envolverle en un
fuerte abrazo, el cálido aliento de Tomie amortiguarse en su hombro.
Eris quería decir tanto, había
jugado con sus vidas, reprimiendo los demonios de Tomie, para regalarle una
vida común como siempre anhelo, sin importar las consecuencias, a veces las decisiones más certeras no suelen
ser las correctas.
No hubo palabras, Tomie solo
quería regocijarse en aquel abrazo, cuantos años se habían encontrado, cuantas
veces intento arrebatarle la vida, por una absurda venganza, ambas destruyeron
todo una a la otra, sin embargo ahí estaba, ese sentimiento que nunca se extinguía,
lo mucho que tuvo que soportar Eris, mientras ella continuo con una falsa vida.
-Te amo – se inundó del agradable
aroma de Eris- siempre lo hare, sin importar lo que pase –ya no podían volver
al pasado, y el futuro no era prometedor, solo el presente sellado con un beso.
Permanecieron abrazadas por largo tiempo, bañadas por los suaves pétalos que
descendían del enorme árbol que les cobijaba.
FIN.
***
Epilogo.
-Te agradan estos finales – opino
Ion volviendo su atención a lo que hacía
Marian.
-Este no es un final –advirtió
Marian que termino de servir el té- es
el comienzo de una excitante historia –
Ion acepto gustosa la taza y
llevo a sus labios el cálido líquido distinguiendo un sabor diferente en él.
-¿Canela?- indago ante el cambio.
-Tal vez- sonrió con picardía,
bebiendo igual- La Orden no las dejara en paz-
Ion se incorporó de su cómoda
silla y se inclinó sobre Marian para quedar a la altura de sus ojos,.
-Eso espero…-capturo los labios
de su pareja y le mordió levemente- también me apetece pintar un nuevo destino-le
tomo de la mano y la guió al interior de la mansión- y tu serás el lienzo.-
Nota: vale ya lo termine, si no
les gusto, lo siento desde el fondo de mi corazón, francamente se me fue de las
manos una vez que comencé a escribir el final, sin final hehehe, bueno
probablemente deje demasiados cavos sueltos o no. Pretendo escribir una segunda pero no les
mentiré se me acaban las ideas, creo que mejor hare historias cortas.
Me disculpo por los errores, lo
repaso el capítulo pero igual se me escapan muchas cosas, reeditare el fic
completo porque ya note muchos errores, T.T lamento que leyeran el fic con
todas esas musarañas que le deje.
Eso es todo por ahora, Interlude
of the darkness. Llego a un final. Erisu y Tomie, aún tiene un camino que
seguir pero eso ya es otra historia. Besos.
me quedó una duda en cuánto a la orden... y sería genial una historia mas amplia acerca de tomie y erisu, a la par de Marian e ion :3
ResponderEliminarespero paciente actualices con nuevas historias de ellas! ♡
Vale, gracias, por leer, estoy haciendo lo posible para aclarar algunas dudas el otro fic, muchas gracias por tu apreciación y tiempo.
Eliminarme quedó una duda en cuánto a la orden... y sería genial una historia mas amplia acerca de tomie y erisu, a la par de Marian e ion :3
ResponderEliminarespero paciente actualices con nuevas historias de ellas! ♡