Interludio de la Oscuridad (7)


Magnifica imagen, al verle envolverse en el amable calidez del sueño, comienza a convertirse en una exquisita costumbre, demasiado para alguien como yo, Tomie… cuando abras tus ojos ¿Qué veras en realidad? Lo que deseas ver o lo que soy en realidad. Ese aroma tan propio es mejor que nada en el mundo.

Como un ave en cautiverio, en una débil jaula que le aprisiona, Hermosa ave que me consuela con su canto ¿Por qué no huyes de este encanto?, si tu encierro es débil y el mundo es extenso, Preciosa ave en cautiverio, truncado tus sueños, aun te la falsa ilusión que eh dibujado, olvidaste volar…


No olvides que tus sueños, te pueden liberar….-murmuraba Eris con la mirada centrada en el relajado rostro de Tomie.

-Nunca lo he preguntado-. Intervino Tomie sin abrir los ojos, temiendo que tal vez su pregunta pudiera quebrar el hechizo cálido que envolvía el ambiente, tal vez debería reservar esa sensación en su corazón; Pensó.

Eris mantuvo su expresión relajada, esperando encontrarse con la verde mirada de su invitada, Tomie por su parte sintió que no debía preguntar nada, igual no es que ella compartiera mucho de su vida personal.


-Tomie…- se incorporo y situándose lentamente cerca de Tomie, al sentirle titubear- Puedes preguntar lo que gustes – le mostro la palma de la mano, donde delicadas y sutiles líneas que cifran su destino destacaban, envolviendo la menuda mano de Tomie- Escucha… aquí están las respuestas que buscas-susurro con calidez permitiéndole palpar la tersa piel que protegía aquel primordial órgano que latía ligeramente rápido.


Siempre eres tan inesperada Eris, aun así siento que ocultas algo en esa profunda mirada; pensó Tomie sintiendo un leve escalofrió al sentirle más cerca o tal vez porque el listón de su bata comenzaba a deslizarse por los audaces manos que le tenían.


-Tomie…-ronroneo Eris cubriendo con sus labios la piel que se exponía tenuemente ante su atenta mirada; la verdad es complicada.

Sentía como la delicada piel vibraba bajo sus manos, plasmando tenuemente sus sentimientos en cada centímetro de Tomie, descubriendo la impaciencia en los suspiros que no podían continuar reprimidos, y tampoco es que pudiera mantener prisionera su necesidad de tocarla.

Pero Eris quería tomarse su tiempo, capturar su aroma, retomar sus pasos; mismos que le invitan a descender, transformar el olor en sabor y obtener el apremiante resultado de las gentiles caricias que obsequiaba apasionadamente.


-Eris…- intento articular Tomie, pero su cuerpo parecía más entregado, Algo no está bien… la mente comenzaba a reaccionar entre las oleadas de rubor que adornaban su rostro- Eris… - entonces sus ojos se encontraron, y ahí estaba, ese abismal océano azul, tanta soledad. – No..-

Eris se detuvo bruscamente, sorprendiendo a ambas.

-Lo siento...- Eris musito incorporándose del sofá, hacía tiempo que no había ocupado su atención a otra caso que no fuese la guapa fotógrafa, sonrió secamente y situó su armonioso cuerpo en el marco de la ventana, había empezado a nevar, diminutos copos se aferraban, convirtiéndose en frías lagrimas del otro lado del cristal.


-Eris ¿Qué sucede?- Tomie se encamino hacia ella, pero su móvil comenzó a sonar.

-Te dejare para que puedas responder- ni siquiera le permitió a Tomie negarse, quedando sola en la habitación, suspiro frustrada mirando la puerta cerrada, cambio su atención hacia el móvil que insistente seguía reclamando su atención.

-¿Si?!-gruño Tomie inconscientemente.

-Joder! Creo que me equivoque- vino la voz tímida de una colega- ¿Estoy hablando al cel de Tomie?-

-Oh –parpadeo incrédula ante su propia reacción- Lo siento Vane… - admitió avergonzada y continuo escuchando sobre un trabajo que habían solicitado recientemente, aunque su mente estaba más concentrada en lo que había sucedido con Eris hacia unos momentos.



***

¿Qué es el amor? Es una pregunta tan común en la vida diaria, como el aire que respiras, incluso la escuchado tantas vez, que decir “Te amo” se vuelve obsoleto al oírle, sin embargo creo que la pregunta en si errada, en concreto quizás debería ser ¿Eres capaz de amar?.... ya que el amor; es solo una palabra que se modifica con intenciones ocultas, pensando tan solo en lo que obtendrás con pronunciarla, pero la capacidad… ese ya es otro tema…


Porque el amor se expresa de muchas maneras, sutil, romántico, apasionado, obsesivo, cálido, inocente, perverso en ocasiones la crueldad se asoma como ladrón nocturno en las pupilas frívolas que se extienden en todo su esplendor dejando que profundice el alma humana o en alguien que pueda carecer de una.


La cual se torna tan oscura como la luna nueva, como la oleada cálida en el verano, azorando los cuerpos; que ansiosos buscan refrescarse de tan tormentoso cambio de clima, claro; siempre hay diversidad en un mundo inexplorable, como la mente misma, la cual siempre mantiene oscuros y malévolos secretos… como lo es el amor.


El mundo llegara a su fin, mientras esa situación se despunte con lentitud o velozmente, otros mundos inexplicables coexisten sumergidas en las orbitas mentales de los cerebros más audaz, incomprensible y hambrientos por descubrir lo que se atraviese ante su emocionada mirada.


Como el de este depredador, que se deleita como niño con juguete nuevo, mientras el terror incontenible se detona en los ojos incrédulos de su entretenimiento, probablemente entre su indudable miedo aun se cuestione, en qué momento su destino se desvió bruscamente.


Simple espectadora, ese fue mi papel en la pequeña función, diría yo, por pura casualidad, sin imaginar que por tan solo desviar un poco mis paso de aquella cita con Tomie, me traería a una situación tan familiar y pensar que mi apetito estaba comenzando apaciguar ante las cálidas caricias de mi querida Tomie, pero irrefutablemente la sonrisa en mi rostro es tan delatador como lo que sospecho que acontecerá.


Tanta confianza y singular seguridad, emana de mi extraño colega, es tangible que la experiencia esta en tatuado en sus acciones, aun siendo de mi propia especie, a ciertas cosas que no son compatibles conmigo, la cautela jamás abandona mis actos por muy ensimismada que me encuentre.


Pero siempre hay algo que escapada tus manos, por muy cauteloso e inteligente que te consideres, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, estas tentado a dejar una diminuta, uh más bien diría una innegable muestra de tu presencia.


Misma tentación que Eva llevo a probar la fruta que condenaría a la humanidad, pero Eris no era muy devota sobre el tema con el creador, porque si existía en este momento se olvido de aquel niño que estaba en manos de una peligrosa alma perdida.


-Oh quizás no…-susurro Eris, que comenzaba a sentir esa pequeña llama encenderse en su interior, haciendo caso omiso de la ventisca que anunciaba que esa noche la blanca nieve cubriría la ciudad, para ella se teñiría de un agradable color carmesí.


En cuestión de minutos, ya se había adentrado en el santuario de aquel hombre, que sonreía amable y gentil, una máscara bien maquillada con tintes maduros en rasgos ásperos, miles de espejo decoraban el enfermizo salón de aquella imperceptible casa, tan común como el resto, entonces ¿cómo fue destacable para Eris?


Porque lo impecable, conlleva mas porquería de la que aparente, solía pensar Eris, aunque la verdad ni siquiera tenía en mente esta pequeña distracción, ¿Quién podría resistirse?


Casi no podía contar cuantos pedófilos enfermizos buscaban empleos donde pudieran estar más cerca de sus presas, una extensa y accesible fuente de satisfacción, se mofo de los cuadros que adornaban las paredes, un pediatra. Incluía diplomas, premios, todo un ciudadano ejemplar, tanto estiércol cubriendo la nefasta realidad.


Eris que tenía que percibirlos con mayor minuciosidad, aunque los golpes de suerte no faltaban en su muy peculiar hobby. Sintiéndose cómoda en un área ajena a ella, aun siendo la intrusa, ya había analizado que tipo de depredador estaba tras la puerta que llevaba al desván.


-Tiene complejo con los sótanos –sentencio un poco aburrida, deslizando un par de dedos enguantados por la repisa, era de imaginarse que el polvo ni siquiera sería tan bien recibida como ella, le escucho hablar y murmurar algo mientras entonaba una peculiar canción.


Tarareaba, sin imaginar que una sombra se cernía sobre sus hombros, solo un golpe basto para oscurecer su entorno controlado, la ironía de todo es que la situación se les fue de las manos, porque se trata siempre de poder y control, en esta ocasión, un nuevo anfitrión se abriría paso.

Pero no me gustan los espectadores; pensó Eris mirando el aterrado niño, que estaba amordazado, la luz sobre su cabeza le impedía saber qué es lo que acontecía, desconociendo que la historia había tomado un giro inesperado, la balanza esa noche fue a su favor.

***

-Detective ¿Qué opina?-

- Ni idea – se rasco el mentó incrédulo, ante aquella llamada sin sonido.

-Deberíamos rastrear la llamada – sugirió vagamente un poco dudoso.

Layla llego en ese momento sin comprender la consternación de sus colegas.

-¿Por qué esa cara?- intervino Layla, ante la incertidumbre que le transmitían.

-Jefa, hay una llamada de emergencia pero no tenemos más que ruido- explico un oficial mientras la operadora rastreaba la llamada.

-En donde, yo iré averiguar – la computadora ya estaba ofreciendo la dirección, cuando Layla sintió un extraño presentimiento, esa calle era una de las más tranquilas y también el área donde habían desaparecido unos niños el mes pasado.


***

A cada paso que daba más aumentaba esa magnífica sensación, como detener un huracán cuando se desplaza lenta y violentamente por los cielos, solo un Dios podría detener los escalofriantes ecos que comenzarían a surgir detrás de aquella nítida puerta que le separaba de su verdadera naturaleza.


No podía parar, una vez que esa sensación abrumadora se convertía en éxtasis puro, sus preciosos ojos cálidos se tornaban de un matiz más enervante; derrumbando las barreras que resguardan ese secreto que malévolamente se mantiene en letargo, en la espera de resurgir de su cautiverio mental en el que es atrapado.


-¿Qué hago aquí?- pregunto aturdido, sintiendo las mordazas cernirse sobre su piel, descubriéndose en medio de algún en claustrado lugar, donde un viejo candelero otorgaba una vaga imagen de su interior, intentando asimilar en qué momento cambio su entorno, no podía asimilar qué demonios estaba pasando, si hacia un instante se encontraba en la seguridad del hogar.


-Esa… -una leve pausa revelo una magnifica sonrisa perlada emerger de unos exquisitos labios- es la menor de tus preocupaciones – acentuó con el leve clic que proporciono la puerta al cerrarse. Un futuro doloroso era el premio que obtendría esa tarde, el cazador convirtiéndose en presa.


Gruño sintiendo como los brazos de la desesperación comenzaba a cubrirle, pero un reflector se encendió cegándole momentáneamente, permitiéndole minutos después acostumbrarse a su intensidad.


-¿Quién demonios eres?- se sacudió agresivamente, al ver a la estoica mujer parada frente a él- ¿Qué clase de broma es esta?- pero su atención se centro en el cableado que le rodeaba, unas barras metálicas envolvían su torso, era una especie de silla eléctrica cacera muy bien confeccionada, aun ante tal situación la soberbia expresión del huésped era más clara.


-Hija de perra- bramo intentando arrancarse de su prisión – crees que me intimidas, eres una niña comparada conmigo –enfatizo escupiendo con el vago intento de ensuciarla- No tienes idea de quién soy - siguió hablando pestes y maldiciones.


-Hablas demasiado – el leve sonido metálico interrumpió la letanía de obscenidades, una funda negra se extendía de par en par, revelando una modesta colección de utensilios de inmaculado filo, su color cromado brillaba como un espejo.


Eris sonrió pasando sus delgados y finos dedos sobre ellos, ofreciéndoles una gentil caricia antes de seleccionar alguno, era una curiosa pinza con tenazas planas y paralelas.


El amor es la cura de todo los males, tus besos la dosis de mi corazón, la melodía de tu noble corazón es el refugio de mi alma perdida, ¿Cuándo me perdí, para descubrirme en la seguridad de un abrazo?, hermosa Musa que ahuyentas mis demonios, cierra tus ojos e ignora al monstruo que duerme en tu regazo.


Eris recito con perfecta armonía, su expresión denotaba una escalofriante serenidad, en ese momento su huésped sabía que estaba ante alguien más peligroso de lo que podía imaginar, una risa nerviosa salió de su garganta seca, sus ojos desorbitados daban paso a un sentimiento que había olvidado hacía mucho tiempo. Miedo… negándose ante la realidad, transformo su risa en una gutural carcajada.


Eris sonrió malévolamente, sosteniendo las pinzas, el cual encajo de tajo en la boca de su invitado, quien gruñía mientras intentaba zafarse del mordaz agarre, pero su lengua quedo atorada en las dos tenazas que invadían su cavidad bocal, los gritos apagados se intensificaban sin obtener ningún resultado, no importaba cuanto luchara, esa bella mujer de ojos azules tenía el control.


Ante su atónita mirada; un bisturí se balanceo amenazante sobre la blanda carne que era expuesta ante su innegable filo, no había forma de explicar como la soberbia actitud se convirtió en terrible incredulidad, un agresor convirtiéndose en víctima.


El dolor insoportable se desbordo como marea sobre sus sentidos, la sangre descendía en pequeños raudales sobre él, un llanto mudo le acompaño, mientras Eris terminaba de extraer el resto de aquel órgano blando, tirándolo en la pequeña charola de acero.


-No es agradable el silencio…- opino Eris, sabiendo que no obtendría respuesta, más que el quejido de agonía que apenas podía oírse, cambio su interés en una botella roja que contenía gasolina, comenzó a verterlo sobre el moribundo que reanudo sus vano esfuerzo por soltarse.


-¿Cómo prefieres?- dijo Eris - Cocido o término medio –rio tenuemente mientras jugaba con un interruptor, el horror se leía perfectamente en su víctima, la suplica muda era bastante obvia, era graciosa la inexistente esperanza de que podría salir de esa y eso Eris realmente lo disfrutaba. Su móvil comenzó a vibrar sobre la pequeña mesita, tenía varias llamadas perdidas, entre ellas las de Tomie.


-Olvide que tenía un compromiso – sin mas encendió el interruptor; liberando un gran golpe de eléctrica, Eris se limitaba a observar como el cuerpo se convulsionaba ante los miles de volteos que se descargaban sobre él, creando la esperada combustión de la gasolina y la ciencia hizo el resto, una llamarada que trago por completo al difunto invitado, anexado la lengua que le había cercenado.


Se había terminado, Eris se quito los guantes y los lanzo a las diminutas llamas que quedaba y, en cuestión de minuto ningún rastro de ella quedo en aquel edificio abandonado, más que el cuerpo calcinado.


Su móvil sono de nuevo, el nombre de Wendy se hizo presente en el identificador, sonrio con pereza y respondió.

-Eris! ¿Dónde coños te haz metido?- exclamo preocupada- tengo junta con los productores y no tengo nada del sencillo que les había prometido – hizo una pausa, pues no había respuesta del otro lado- ¿Eris? –


-Descuida acabo de terminar tu sencillo – tranquilizo Eris a su manager.

-¿Cómo se titula?-especulo dudosa, mientras escuchaba el motor de un auto del otro lado de la bocina.

-Lagrimas de fuego…-respondió con cierta cinismo, alejándose del área, tenía un asunto pendiente con Tomie.

-Uh un titulo curioso, pero viniendo de ti es ya un éxito-canturrio satisfecha, haciendo ya planes para un videclip promocional- Eris, por cierto; necesito que hagas ese viaje que tienes pendiente –

-Oh cierto, llevare a alguien conmigo –advirtió, pues tenía pensado disculparse con Tomie, aunque no sabía ni porque, tan solo la sensación de que debía enmendar las cosas entre ellas, ignorando que alguien había puesto los ojos sobre la fotógrafa pero con diferentes intenciones.

***

Tomie miro por decima vez el móvil; no había obtenido respuesta de Eris desde hacía un buen rato, aun dudaba si debía llamarle, aunque habían quedado en salir esa noche o al menos esa idea tenia contemplada, tras dejarle una nota después de lo ocurrido.

-Aunque no tengo idea de lo que paso realmente –suspiro de nuevo mirando el reloj del bar, ya llevaba tres copas de ese liquido rojo.

-¿Por qué tan sola?- pregunto un hombre de aspecto amistoso.

-Estoy bien – Tomie se levanto ignorándolo por completo, sin notar que aquel sujeto no le pareció nada amble aquella acción.

-Te vaz tan pronto – le alcanzo los pasos mientras salía del bar – pensé que podría invitarte otra copa –

-No gracias- dijo Tomie desganada, sin percatarse de la persistencia de aquel tipo.

-No deberías ser tan descortés –refunfuño el sujeto mirándola alejarse – nunca sabes a quien estas rechazando…-una sonrisa áspera se hizo evidente en su semblante- nunca…-abrió una billetera con el carnet de conducir de una chica de ojos verdes – Mucho Gusto Tomie...-



Continuara... ^^ uh aunque no se espero no a ver perdido el hilo de la historia hahaha i

3 comentarios

  1. muy bueno, me gusto la hamburguesa XD.
    Realmente se presenta un lado de Eris no explorado me sorprende y me agrada, de igual modo parece que su relacion con tomie maduro bastante.
    Jejeje y que bueno al fin un reto para nuestra queria Eris aunque eso signifiquen problemas para Tomie TT^TT

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  2. Las historias de esta página son las mejores que me he leído en la vida.
    En particular esta historia me ha hecho llorar y ni siquiera sé porque. No sé, me provoca una mezcla de sentimientos entre tristeza, rabia, miedo, ternura… Pero supongo que es normal, todo lo que dice Eris y después lo que hace confundiría a cualquiera.

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  3. Oh mil gracias x esos comentarios, en serio no saben como inspiran a continuar y sobre todo estar conciente de que alguién en alguna parte le gusta lo que uno hace , espero traerles pronto el siguiente capitulo de Interlude dedicado a ustedes x supuesto ^^

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