Nota: Bien trayendo viejos personajes Ion y Marian, de
Duelo de Amor, aquí también explicare parte de cómo se conocieron Erisu y
(Tomie) Criss, de Interlude of the Darksness, viene siendo una precuela de esta
y continuación de Duelo de Amor, si quieren saber más pueden leer los fics,(que
ya los estoy editando porque si es un desastre sobre todo el de Interlude) o simplemente
continuar leyendo.
Ultimátum of sinners
Por Kitsune_Alys
Capítulo 1
El tiempo embustero, pasaba
sigiloso por entre las épocas llevándose los rostros familiares,
sustituyéndolos vilmente por un adiós y
necios sucesores, transcurriendo veloz y hambriento ante los ojos de
fuego que absorbían el paisaje sereno tras un cristal, que hacían un repaso del
entorno que les rodeaba, sin un atisbo de caras conocidas en un lugar nuevo por
explorar, satisfecha llevo la copa a los labios humedeciéndolos con el
agridulce sabor del mejor vino que ofrecían.
Finos rasgos y modestos gestos
llaman la atención de los camareros, sin igual encanto ensimismaba a los
comensales tras ver una sonrisa asimétrica delinear sus labios, esas damas
sentadas en el lugar más íntimo del ostentoso restaurant, el motivo de tan
enigmática aura se debía a la costumbre vigilante de la anfitriona.
Los años le volvieron cada vez más
desconfiada, las circunstancias les había separado por un corto pero tortuoso
lapso, el tener al tiempo a su favor solo hizo germinar la codicia de los
mortales que conocían el pequeño secreto de aquellas hermosas y misteriosas
damas.
-Relajarse de vez en cuando no es
malo –dijo una continuo con la cena sin apartar la mirada, esperando la mueca
que por hábito tenía su pareja, una ceja enarcada ante tan sutil sugerencia,
sabiendo que no tomaría en serio tal sugerencia.
- Manías del tiempo- concertó la otra
terminando su copa de vino- que apremian cuando la noche llega en nuestro lecho
–soltó con una sonrisa pícara, al ver el sonrojo llenar la pálida piel de la
interlocutora y el recuerdo de ciertas actividades que distantes al conciliar
el sueño se referían.
-Es una ciudad nueva- aclaro su
garganta para recuperar la compostura – no tenemos de que preocuparnos –desvió
el tema, con la esperanza de que la otra no continuara el rumbo anterior de tan
sugestivas palabras.
-Ciertamente - concedió
inclinándose un poco- pero ahora tenemos unos cuantos adversarios, que parecen
incordiarle nuestra existencia – un cigarrillo fue encendido, dejando ver con
claridad su mordaz expresión, haciendo que los curiosos cambiaran la atención a
sus propias cenas, costumbre que tomo reciente, debido al nostálgico aroma que
desprendía aquel pequeño vicio.
-Ion…-reprendió con tono gentil,
conociendo las técnicas intimidantes de la aludida, quien fingió no comprender
y le restó importancia, continuando entretenida con pequeña colilla.
– Gracias por la cena –prosiguió dejando pasar
el caprichoso remilgo de Ion.
Ion asintió complacida e
incorporándose dejo el efectivo en la mesa, con una generosa propina, la noche era joven pensó, teniendo en cuenta que era una ciudad
sin explorar, con la vaga esperanza de establecerse por un tiempo, después de todo su estadía distante era de ser
casual.
-Por cierto – decía mientras le
ofrecía la mano a Marian para incorporarse- pretendo obtener una retribución-
ronroneo sugestivamente, provocando un exquisito color carmesí inundar las
mejillas a su hermosa compañera.
***
Voraz el deseo de tocarle, que
tras cruzar el umbral de la habitación, atrapo en un firme abrazo y labios hambrientos capturaron los de Marian,
que a pesar del tiempo aún se sorprendía de la tenacidad de sus actos, dedos
impacientes buscaban desatar el vestido elegante que recién había sido
obsequiado por la misma mano que quería arrancarla de la exquisita piel que guarecía.
-Ion … espera…- escucho su nombre con dificultad, pues su propia
respiración le costaba controlar, le vio
ansiosa intentando afrontar sus insistentes dedos que desprendían sagazmente la
cínica prenda, que se imponía ante su deseo. Levantándole sobre si misma, un
par piernas se enlazaron alrededor de la cintura de Ion, ahogándose en
apasionados besos, reclamando intensamente cada rincón del mismo, aun con débil
cordura, Marian les separo necesitando un poco de aire, colisionando con los
escurecidos ojos de Ion, llenos de deseo
carnal por poseerla.
Marian sintió electrizante
descarga de éxtasis recorrió su columna al descubrir la lujuria desbordar de
las pupilas escarlatas, lucho al sentir
el peligro desenfrenado al que podía terminar envuelta, la distancia solo
aumento afán de Ion por tenerla.
-Marian…-esa voz que adormecía su
cordura, la voluntad le abandonaba con los labios de Ion, para continuar
explorando por el resto de piel revelado tras desatar el sugerente escote que
le mantenía cautivo, dos hermosas y
carnosos bultos se acopaban en la palma de Ion, sintiendo como se erizaban ante
la sutil caricia de sus yemas.
-¿Qué sucede Marian….?- comenzó a
susurrarle, obteniendo una expresión de desconcierto, ante el inesperado
dialogo. -¿Impaciente?- paso la punta de su lengua por la suave clavícula de
Marian obteniendo un gemido involuntario.
Satisfecha ante la reacción,
continuo inspeccionando el sendero que se abría en bienvenida para ella, sin
embargo las manías se hacen costumbre y como era de esperarse tomo otras rutas
muy distantes del atajo que le llevaba al lugar que requería atención de su
parte.
-¡¡Ion!!- exclamo Marian en
frustración sujetándole el rostro para encontrar la sonrisa divertida y austera
de la aludida amante que en compensación beso la punta de su nariz con gentileza,
liberándole del agarre.
-¿Si?- vino la inocente pregunta
capturando una aureola haciendo respingar a Marian que gimió sin reparos ante
la inesperada atención- Aún tenemos mucho tiempo…- añadió mientras decencia
dejando una estela de caricias por su vientre hasta inundarse entre sus muslos
donde las piernas de Marian le atraparon para prolongar el suplicio.
Implacable continuo devorándole,
arrancando guturales reclamos de parte de Marian, que intentaba mantener la
compostura, pero Ion arremetió inesperadamente el interior, obligándole
arquearse para sentirle con mayor profundidad y aceptando con agrado el esmero
que su amante marcaba, el son del concierto íntimo, en ese momento Ion era el
artista.
El aroma de Marian solo provocaba
que Ion continuara tocando el punto perfecto para embelesar sus sentidos, retornando a
los labios que murmuraban su nombre incontable veces, mientras sus cuerpos se enredaban entre las pálidas
sabanas que abrigaban sus cuerpos que
transpiraban furor. Marian naufragaba entre las oleadas de descargas que erizaban
toda su piel, luchando por tener un contacto más intenso, sus manos se
aferraron ante la amplia espalda de Ion, encallando las uñas ante la flexible
carne debajo de la piel, provocando que su amante intensificara sus caricias
destilando la pasión de ambas durante toda la noche.
***
La luz del día levemente se
filtraba acompañada de un aire cálido, sus ojos soñolientos buscaron adaptarse
a la claridad, sus manos buscaban la calidez de otro cuerpo, para encontrar la
frialdad de las sabanas pálidas. Incorporándose
busco con la mirada a Ion que permanecía semidesnuda sentada frente a la
pequeña mesita junto a la ventana. Marian envolvió su cuerpo con la bata que
había sido puesta intencionalmente al alcance de su mano. Cruzo la habitación
evitando chocar con una mesita con ruedas, llena de bandejas por descubrir, un
poco asombrada en lo diligente que era Ion en algunas ocasiones.
Quien estaba inmersa en una considerable
cantidad de papeles, Marian se fue acercando a la concentrada mujer, anoche había
sido demasiado, brutal considero
Marian, ante las salvajes escenas que inundaron su mente, carraspeo levemente
para ahuyentar la lujuria que la incitaba a repetir el encuentro, descubriendo
las marcadas en la espalda de Ion, la clara evidencia de sus actos.
Coloco la mano sobre el hombro de
Ion, viendo las heridas con mas claridad, ese era el punto débil, entre ellas
el daño podía ser evidente, y las heridas tardaban considerablemente en sanar,
sin embargo un daño provocado por alguien común, ni siquiera generaba un
rasguño, el estado de aparente inmortalidad aún era un misterio al menos para
ella.
-Ion...-musito apenada por el
daño causado, esta solo se giró para sentarle en su regazo.
-Buen día – dijo en bienvenida –
deberías descansar, tu viaje fue largo y…- añadió con sarcasmo, ganando una
palmadita en el hombre.- ¡Ey!- captura la mano ofensora llevándola sus labios
para depositarle un beso con ternura. Marian la observo embelesada ante tal
inesperada acción.
Siempre con una actitud de total
control y serenidad, tras descubrir su situación Ion quería liberarle del peso de la maldición
que las envolvía, tenía sus desventajas sobre todo por la ignorancia de los
mortales, que pretendía llamar aquello un milagro.
-No me importa vivir para
siempre- admitió Marian abrazándola para ocultar su rostro sobre el hombro
expuesto- si es contigo…- Ion sonrió con tristeza, Marian había pagado un
precio para que ella viviera.
La eternidad es triste y pudre el alma. Ion era cruel e inhumano, después de todo había
matado a inocentes en el frenesí de la locura, incluyendo el apacible mundo de
Marian, ya había tomado demasiado de ella, y
si existía un modo de revertirlo, estaba oculto entre los pergaminos de
su predecesora, y lo descubriría.
-¿Pasa algo?- el silencio había sido
sepulcral, Marian tuvo que atraer sus rostro muy de cerca, pero aun la mirada
de Ion estaba distante e inalcanzable. La cuestión era si ella Ion Von
Frescobichs, estaba lista para el cambio. Aunque el excesivo camino de
violencia y destrucción que recorrió junto a su maestra era más cautivador que
una vida pacífica y sedentaria, pero era algo que no podía confesarle a la
mujer que tenía entre los brazos, ni los secretos que celosamente guardaba más
allá de su pasado juntas.
Mentir es un arte. Considero la aludida, a veces Marian parecía
percatarse de pequeños gestos que probablemente le delataría sobre cualquier
acción premeditada que pudiera tomar.
-En lo absoluto – se incorporó
dejando sentada en su lugar a Marian.- Saldré un momento, encontré un lugar
adecuado para establecernos- explico buscando el resto de sus cosas.- el
desayuno está ahí – señalo el carrito y un aroma familiar a té surgir de la modesta tetera llenándole de
nostalgia. El de Liviet Bathory.
-Le echó de menos…-habían pasado
años desde que tocaban el tema- yo…- sus recuerdos sobre la misteriosa y
carismática mujer que narraba hermosas e intrigantes historias, en el refugio
del granero, eran tan distantes pero no olvidables.
-Bien, te deje la dirección del
museo y de la biblioteca en el buro –interrumpió abruptamente- Nos vemos para
el almuerzo – y la puerta se cerró
detrás de ella, dejando a una desconcertada Marian, no imaginaba que fuese un
tema tabú entre ellas.
Tras la puerta Ion se miró las
manos que aun temblaban levemente, sonrió con ironía, la longevidad de su
existencia era casi infinita, pero el tiempo se le agotaba de forma diferente,
el control su adicción, y ese precisamente comenzaba a escaparse de sus dedos
.
-Atraparte fue toda una odisea- Liviet le tomo por el cabello para
levantarla hasta la altura de sus ojos viendo el hambre en sus pupilas-
Insolente criatura vuelve a tu letargo-ordeno con firmeza.
Ion cerró los ojos recuperando la humanidad percibía como un fuego
abrazador volvía algún rincón de su corazón, aun sintiendo la fuerza latente
explotar por sus venas, lucho internamente para contener la cordura y así fue liberada sobre el espeso pasto carmesí.
-¿Q- que p-a-so?-pregunto confundida aun sintiendo el embriagante sabor
de la sangre en su piel desnuda, Liviet le dio una mirada reprochadora
extendiendo un brazo para mostrar el atroz panorama.
-¡Artista! –exclamo lanzando una
capa para ocultar su desnudes pero no su vergüenza- admira tu obra y
deléitate con tus espectadores, ningún murmullo para alentarte –añadió con tono
peligroso.
Ion sonrió mordaz tiritando por el frio que comenzaba a calar su carne,
la muerte sería un abrazo generoso de su maestra, pero Liviet contuvo su ira
para no destrozar su propia creación, la mujer que amaba había corrompido a su
adepta, como lo hacía con todo lo que
ella apreciaba, consciente de que la balanza también se inclinaba de su lado.
- Ahora tienes que compensar el
desorden que has engendrado- –indico la joven que agonizaba en un intento por
recuperar el aire vital, en diminutos quejidos- será tu responsabilidad y tu
karma- le sujeto por el cuello obligándole a mirarle- ella será la daga que
destruirá tu existencia cuando ya no puedas dominar la oscuridad que habita en
ti – sentencio Liviet girando sobre sus talones y resoplando; abandono a una
aturdida Ion, que miraba a la joven suplicar por una muerte que nunca llegaría.
Liviet en un acto de misericordia o crueldad unió sus destinos para
poder preservar por lo menos una vida,
para su satisfacción personal o un capricho por enmendar algo del mismo
daño que causo.
Piedad… ¿existía acaso eso?, el ser humano es caprichoso por
naturaleza, deseando más de lo pudieran sostener entre sus manos.
Ion lo sabía a la perfección, y con esos pensamientos, se
adentró a la hambrienta jungla llamada ciudad, percibiendo que entre las
sombras le observaba a cada paso que daba, consciente de que en esa ciudad
había demasiados cazadores y monstruos.
Continuara ***
Al fiiin!!
ResponderEliminarEntre para releer duelo y matar el rato en mi trabajo y woah! Que sorpresa.
Excelente que decidas editar Interlude y seguir adelante uwu
Es un gusto enorme seguir leyendo tus historias sigue así!
gracias pensé que nadie leia hehehe... tu comentario me anima a seguir, espero pronto subir la continuación.
EliminarPorfavoooorrr!! Inyectala directo a mis venas ;____; (?)
Eliminarla historia de marian e ion la leia a la par q escribias... te perdí el rastro porq se dañó mi pc... y perdí la cuenta :x pero te encontré)? jaja y anoche hasta horas de la madrugada leí el resto de historias.. tommy... eris..liviet..
ResponderEliminarsimplemente grandioso!!! de las mejoras historias q he leído.. mi favorita :3
Por favor, continúa la historia, me carcome por dentro no saber que sucederá después con Ion y con Marian, es muy grandioso =D
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